Camino de esperanza
“Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios; conviértanse y crean en el Evangelio”
Iº lectura: Gen 9,8-15; Salmo: 24; IIº lectura: I Pe 3, 18-22; Evangelio: Mc 1, 12-15
Hemos iniciado el tiempo favorable de la Cuaresma, en el cual se nos invita a recordar de manera particular, el sentido que debemos darle como cristiano que somos. El Santo Padre Benedicto XVI y el Obispo diocesano, Mons. Mario Moronta, nos invitas en sus mensajes para la Cuaresma de este año, a vivir este tiempo según las vías que todo cristiano debe asumir, siguiendo el itinerario de esperanza al que estamos llamados…
Dios hace un pacto y nos seduce
No podemos ver la esperanza como un sentimiento lejano; la esperanza es algo concreto, va más allá de lo que humanamente podamos sentir o pensar. Es un pacto que establece Dios, desde el inicio de la vida hasta el corazón de todos y cada uno de nosotros. Es un camino de ayuno, de reconciliación y penitencia, de esperanza y oración. Es la presencia de Dios que nos permite ver y constatar que cada uno de sus hijos, no caerán en las manos del demonio. Esto nos da la oportunidad de conocer una nueva modalidad: en Jesús, en su amor y su misericordia, podemos evitar las tentaciones. Del diluvio, que destruye la maldad del hombre, llegamos al Bautismo que purifica y libera nuestra condición de pecadores. Del hombre pecador, Dios hace un regalo al corazón mismo de la humanidad: la conversión como remedio saludable e instrumento perenne de salvación. El mensaje se nos da para extenderlo, para llevarlo a los corazones de todos aquellos que poseen la disponibilidad de recibir a Dios. Esta cuaresma, este tiempo de gozo y de penitencia, de reconciliación y esperanza, es un momento en el cual estamos llamados a ser testigos, discípulos de Cristo que nos lleva de la mano a la verdadera salvación. Benedicto XVI nos recuerda: “que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo". Hagamos vida lo que Dios nos enseña, lo que nos transmite, lo que nos invita a vivir.
María nos acompaña en la Cuaresma
Nuestra Madre del Cielo es garantía de salvación. Ella y su compañía son itinerarios seguros, amor sincero, confianza plena. Si deseamos vivir este tiempo, dejémonos llevar por ella de la mano, luz de nuestros corazones, madre de todos los hombres y estrella que nos conduce al mismo corazón de Jesús. Así sea.
P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com
“Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios; conviértanse y crean en el Evangelio”
Iº lectura: Gen 9,8-15; Salmo: 24; IIº lectura: I Pe 3, 18-22; Evangelio: Mc 1, 12-15
Hemos iniciado el tiempo favorable de la Cuaresma, en el cual se nos invita a recordar de manera particular, el sentido que debemos darle como cristiano que somos. El Santo Padre Benedicto XVI y el Obispo diocesano, Mons. Mario Moronta, nos invitas en sus mensajes para la Cuaresma de este año, a vivir este tiempo según las vías que todo cristiano debe asumir, siguiendo el itinerario de esperanza al que estamos llamados…
Dios hace un pacto y nos seduce
No podemos ver la esperanza como un sentimiento lejano; la esperanza es algo concreto, va más allá de lo que humanamente podamos sentir o pensar. Es un pacto que establece Dios, desde el inicio de la vida hasta el corazón de todos y cada uno de nosotros. Es un camino de ayuno, de reconciliación y penitencia, de esperanza y oración. Es la presencia de Dios que nos permite ver y constatar que cada uno de sus hijos, no caerán en las manos del demonio. Esto nos da la oportunidad de conocer una nueva modalidad: en Jesús, en su amor y su misericordia, podemos evitar las tentaciones. Del diluvio, que destruye la maldad del hombre, llegamos al Bautismo que purifica y libera nuestra condición de pecadores. Del hombre pecador, Dios hace un regalo al corazón mismo de la humanidad: la conversión como remedio saludable e instrumento perenne de salvación. El mensaje se nos da para extenderlo, para llevarlo a los corazones de todos aquellos que poseen la disponibilidad de recibir a Dios. Esta cuaresma, este tiempo de gozo y de penitencia, de reconciliación y esperanza, es un momento en el cual estamos llamados a ser testigos, discípulos de Cristo que nos lleva de la mano a la verdadera salvación. Benedicto XVI nos recuerda: “que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo". Hagamos vida lo que Dios nos enseña, lo que nos transmite, lo que nos invita a vivir.
María nos acompaña en la Cuaresma
Nuestra Madre del Cielo es garantía de salvación. Ella y su compañía son itinerarios seguros, amor sincero, confianza plena. Si deseamos vivir este tiempo, dejémonos llevar por ella de la mano, luz de nuestros corazones, madre de todos los hombres y estrella que nos conduce al mismo corazón de Jesús. Así sea.
P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com