“Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de
Dios; conviértanse y crean en el Evangelio.” (Mc 1,15)
Iº
lectura: Gen 9,8-15; Salmo: 24; IIº
lectura: 1Pe 3, 18-22; Evangelio: Mc 1, 12-15
DIOS
HACE UN PACTO Y NOS SEDUCE
► No podemos ver la esperanza como un sentimiento lejano; la
esperanza es algo concreto, va más allá de lo que humanamente podamos sentir o
pensar. Es un pacto que establece Dios, desde el inicio de la vida hasta el
corazón de todos y cada uno de nosotros. Es un camino de ayuno, de
reconciliación y penitencia, de esperanza y oración.
► Es la presencia de Dios que nos permite ver y constatar que cada uno de
sus hijos, no caerán en las manos del demonio. Esto nos da la oportunidad
de conocer una nueva modalidad: en Jesús, en su amor y su misericordia,
podemos evitar las tentaciones. Del diluvio, que destruye la maldad del
hombre, llegamos al Bautismo que purifica y libera nuestra condición de
pecadores. Del hombre pecador, Dios hace un regalo al corazón mismo de la
humanidad: la conversión como remedio saludable e instrumento perenne de
salvación. El mensaje se nos da para extenderlo, para llevarlo a los corazones
de todos aquellos que poseen la disponibilidad de recibir a Dios.
► Esta cuaresma,
este tiempo de gozo y de penitencia, de reconciliación y esperanza, es un
momento en el cual estamos llamados a ser testigos, discípulos de Cristo que
nos lleva de la mano a la verdadera salvación.
► El Papa Francisco nos recuerda: “El ayuno, la oración y la limosna,
tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt 6,1-18), son las condiciones y la expresión de nuestra
conversión. La vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido
(la limosna) y el diálogo
filial con el Padre (la oración)
nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad
operante.” (Mensaje para la Cuaresma 2021). Hagamos
vida lo que Dios nos enseña, lo que nos transmite, lo que nos invita a vivir.
► “Cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar.
Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para
compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria
comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por
el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón
misericordioso del Padre.” (Mensaje
para la Cuaresma 2021).
MARÍA NOS ACOMPAÑA EN LA
CUARESMA
► Nuestra Madre del
Cielo es garantía de salvación. Ella y su compañía son itinerarios seguros,
amor sincero, confianza plena. Si deseamos vivir este tiempo, dejémonos llevar
por ella de la mano, luz de nuestros corazones, madre de todos los hombres y
estrella que nos conduce al mismo corazón de Jesús. Así sea.
SEÑOR
JESÚS, MAESTRO DEL AMOR Y DE LA VIDA,
que te haces niño en medio de
tu pueblo, te pedimos por el mundo
entero, por nuestro país Venezuela a ti consagrado. Estamos
en tus manos y en ellas tenemos la confianza de recibir la sanación y la
liberación que necesitamos.
Estamos
ante ti, sin miedo y con esperanza,
recibiendo el regalo de tu presencia en la Eucaristía, de tu misericordia, de
la nueva creación, de la luz.
Te
pedimos por todos y cada uno de nosotros,
quienes ratificamos nuestra adhesión a ti y nuestro servicio misionero en pro
de los más necesitados.
Te
encomendamos los enfermos de COVID 19 y de
otras dolencias, los más débiles, los pobres y excluidos. Confiamos en ti y nos refugiamos en tu amor.
Señor
de la paz, de la salud y de la misericordia,
escucha la súplica de tus hijos en esta hora en la que estamos y debemos estar más unidos que nunca. Así sea.
#HoyMasUnidosQueNunca
#YoTengoUnAmigoSacerdote
#SíALVidaNoAlAborto
©JOSÉ
LUCIO LEÓN DUQUE
Sacerdote de la Diócesis de
San Cristóbal
Instagram y Twitter → @joselucio70
E-mail → joselucio70@gmail.com