TÚ ERES EL MESÍAS, TÚ ERES PEDRO
“Todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por Él y todo está orientado
hacia Él”
I°
lectura: Is
22,19-23; Salmo: 137; II° lectura: Rom 11,33-36; Evangelio: Mt 16,13-20
Conocer a Dios es uno de los temas que, se presenta
interesante para algunos, incompresibles para otros. Dios se muestra al hombre
cuando confía una misión específica a uno de sus hijos (I° lectura). Esto
conlleva a ver que la presencia de Dios es eterna, que su amor perdura por
siempre y por ello debemos alabarlo sin cesar (Salmo). Sentir esto, nos lleva a
conocer y experimentar la riqueza de Dios a través de su sabiduría y sus obras,
ya que, todo proviene de Él y se dirige a Él (II° lectura).
¿QUIÉN ES JESÚS PARA NOSOTROS?
El binomio, Mesías - Pedro, denota la relación de
Jesús para con sus discípulos y la estrecha unión que existe, que lleva a
participar de una labor específica. Jesús es el Mesías, el ungido, y Pedro es
la base donde se edifica la Iglesia. La afirmación de Pedro recibe una
respuesta por parte de Jesús, una recompensa por parte del Mesías.
En medio de un mundo en el cual la indiferencia
está entrando en el corazón de muchos, se encuentra la decisión de quién es
discípulo y desea dar testimonio del Evangelio, por ello la pregunta de Jesús a
sus discípulos es la misma que nos hace hoy a todos.
Dos aspectos podemos meditar al respecto: en primer lugar, Jesús pregunta quién es
Él para nosotros. Eso denota un claro amor por sus discípulos, sus hermanos, a
fin de que nos interesemos cada vez más por conocerlo, amarlo y vivir junto a
Él. En segundo lugar, Dios nos revela
su misericordia y su amor en la sencillez de un corazón puro, es decir, en la
vida de quien sigue con fe el camino que nos enseña Jesús.
Cada uno de nosotros, consciente de su condición de
discípulo, debe manifestar el gozo y la alegría que se siente servir, en
espíritu y verdad, al prójimo, a los pobres y excluidos de la sociedad, a todos
aquellos que necesitan de justicia y de paz, de solidaridad y fraternidad. En
el prójimo está Cristo, ¿sabemos identificarlo con sincero corazón?
CON AMOR A LOS PIES DE MARÍA
Acudamos piadosos ante el amor de María, nuestra
madre de la Consolación; presentémonos humildes a pedir a Nuestra Madre, las
gracias que necesitamos y proclamemos, tal como ella lo hizo, las maravillas
que Dios hace para con todos y cada uno de sus hijos. Así sea.
José
Lucio León Duque