AL
PRESBITERIO DIOCESANO
Y AL PUEBLO DE DIOS QUE ANUNCIA, VIVE Y CREE EN EL EVANGELIO EN LA IGLESIA LOCAL DE SAN CRISTOBA
“Salud y Paz en el Señor”.
1.- El Pasado 27 de marzo, el Santo Padre Francisco advirtió que la pandemia del Covid19 había puesto al descubierto las debilidades de la humanidad y nos invitaba a no dejarnos vencer ni por el miedo ni por el inmovilismo. En nuestra Iglesia de San Cristóbal asumimos los retos planteados y provocados por la pandemia, unidos a los creados por la situación de crisis que golpea a nuestra nación, pues nos habíamos propuesto mostrarnos como una “Iglesia en salida”.
2.- Con la luz del Espíritu Santo y con gran sentido de pertenencia a la Iglesia como pueblo de Dios, aún con muchas limitaciones, reafirmamos el compromiso de salir al encuentro de todos. Aunque, por las razones conocidas por todos, se cerraron, temporalmente los lugares de culto (templos parroquiales y capillas) así como de aquellos destinados a la evangelización (catequesis, encuentros de comunidades eclesiales de base, de grupos apostólicos, etc.) nuestra Iglesia no se quedó encerrada ni en el inmovilismo ni en la pasividad ni en miedo.
3.- Inspirados en la enseñanza del Apóstol, quien nos recuerda que “Dios no nos ha dado un espíritu de timidez sino de fortaleza” (2Tim 1,7), con la creatividad alentada por la luz del Espíritu Santo, a través de los medios de comunicación, de las redes sociales y otros instrumentos pudimos hacernos presentes en los hogares, en las comunidades e instituciones con celebraciones de la eucaristía, jornadas de oración y retiros, predicaciones, cursos de formación, entre otras iniciativas.
4.- Gracias al trabajo intenso de nuestros sacerdotes, religiosas y laicos, hemos podido llegar a muchísimas partes. De hecho, si bien se cerraron los templos materiales, se abrieron los “templos de las iglesias domésticas”. Por la acción misionera y evangelizadora a través de las redes sociales y medios de comunicación se alcanzó a llegar a muchas personas y convertir sus familias y sus comunidades en los “nuevos santuarios de la fe, del amor y de la esperanza”.
5.- Aunque
una inmensa mayoría de personas no ha podido asistir de manera personal a las
celebraciones eucarísticas, sin embargo la presencia viva del Señor, de quien
hacemos “memoria” en el ejercicio de
nuestro sacerdocio, se hizo sentir en medio de todos. Junto a ello, la Palabra
de Dios se extendió decididamente: en muchas parroquias y grupos de apostolado,
desde la Diócesis con la Oficina de Prensa y por la iniciativa personal de
muchos católicos, se multiplicaron los programas, los mensajes, las
celebraciones en beneficio siempre del pueblo de Dios. Damos gracias a Dios por ello. Si bien un numerosísimo grupo de
hermanos no pudo en este tiempo recibir la comunión eucarística sacramental, no
les ha faltado el pan de la Palabra con el cual han comulgado.
6.- Conscientes de que la caridad de Cristo nos urge, en ningún momento se abandonó la atención a los más necesitados: desde los enfermos y sus familiares hasta los más pobres y vulnerables de la sociedad. La acción de Cáritas Diocesana ha sido decisiva, así como también las de las Caritas Parroquiales. Ahora, con la llegada y paso de numerosos hermanos que realizan un éxodo masivo del país y que vienen de tantas partes de Venezuela, se nos ha abierto un nuevo ámbito de acción para hacer realidad la caridad con la ternura del Dios de la Vida, con un amor preferencial hacia quienes más están sufriendo en estos momentos.
7.- Habida cuenta de lo anterior y luego de serias consultas entre los Obispos y con especialistas, el Episcopado nacional ha decidido que a partir del próximo 4 de noviembre se dé la paulatina apertura de los lugares públicos de culto y para las acciones evangelizadoras, siguiendo las normativas correspondientes y las medidas de bioprotección. Para ello, se acordó que cada Obispo, conocedor de las condiciones y características propias de su Iglesia local señalara los lineamientos a seguir por parte de todos. En este mismo sentido, luego de hacer las consultas pertinentes, presentamos las siguientes directrices que deben cumplirse sin excepción de ningún tipo en nuestra Iglesia de San Cristóbal. Oportunamente, se anunciarán las actividades a realizarse en las diversas comunidades.
8.- Continuamos bajo la protección de María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación y contamos con la fuerza que nos viene del Santo Cristo de La Grita. Pedimos a todos que, además de cumplir con las directrices que se presentan, actúen pensando en la salud espiritual y corporal de todos, con la prudencia del caso y sabiendo que, tenemos que aprender a convivir por mucho tiempo con la pandemia que, lejos de desaparecer, pareciera rebrotar en muchos lugares del mundo.
En San Cristóbal, a los 30 días del mes de octubre del año 2020.
+MARIO DEL VALLE, OBISPO DE SAN CRISTOBAL.
Por
mandato del señor Obispo,
PBRO. JOSÉ DAVID RAMIREZ CARRERO
CANCILLER
DIRECTRICES DIOCESANAS PARA LA APERTURA DE LOS TEMPLOS
Y LUGARES DE EVANGELIZACION
Con la conciencia de nuestra responsabilidad como pastores, reafirmamos lo que el pasado 15 de marzo del año 2020 asumíamos como miembros de la CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA: "La Iglesia en Venezuela, servidora del pueblo al cual pertenece, está dispuesta a cooperar con las autoridades sanitarias en todo lo que esté a su alcance y que vaya en beneficio de todos”. Por eso mismo, en nuestra Iglesia Local de San Cristóbal disponemos las siguientes directrices que todos hemos de cumplir con obediencia, caridad y fe.
I. LINEAS GUIA DE ACCION.
1.
A partir
del 4 de noviembre de este año 2020, se podrán abrir los templos
parroquiales para la asistencia de la feligresía a celebraciones y jornadas de
oración. Las capillas que no sean lugares de culto público parroquial
deberán solicitar la debida autorización al Obispo.
2.
Cada
Párroco, con su vicario y los consejos pastorales y económicos son los responsables directos de la implementación de las directrices
diocesanas y todo lo referente a las medidas de bio-protección a cumplirse.
Para ello, pueden contar con la ayuda de los grupos apostólicos y equipos
parroquiales de pastoral.
3. Asimismo,
el Párroco y sus más allegados cooperadores deben avisar a la feligresía
sobre la apertura y las maneras de hacerlo de los templos parroquiales. De
igual manera, acerca de los horarios y de las normas de bio-protección que se
implementarán.
4.
Antes del 4 de noviembre, en cada parroquia se deberá hacer
la debida desinfección del templo y de los ambientes para las acciones
pastorales permitidas.
5.
A partir de
esta fecha, se debe hacer la misma desinfección antes y después de las
celebraciones o actividades de oración y formación que se puedan realizar.
6.
Al ingreso
de los templos y de los lugares para la acción evangelizadora, como en las
casas parroquiales (y en otros lugares
visibles) se deberá colocar un aviso con las normas de bioseguridad a
tenerse en cuenta. Donde las condiciones lo permitan, es recomendable que
exista una puerta para ingresar y otra para la salida, en las que habrá
personal de la parroquia para atender a los fieles.
7.
Con los
cooperadores más cercanos y miembros de los grupos de apostolado o equipos
pastorales, se deberá tener un personal capacitado para enseñar y hacer cumplir
las normas de bioseguridad que se presentan. Este es un medio para informar
y para ayudar a prevenir cualquier posibilidad de contagio del COVID19.
8.
A la entrada del templo y de los
sitios donde se realizarán acciones evangelizadores, debe colocarse una alfombra humedecida con agua y cloro o hipoclorito,
para la desinfección de los calzados de las personas. Asimismo en la entrada de
la sacristía.
9.
Toda persona, sin excepción, al ingresar debe portar mascarilla (tapabocas) que le cubre nariz y
boca, y desinfectarse las manos con alcohol o antibacterial. Quien no cumpla con este requisito no podrá
ingresar en el templo ni en las áreas para la evangelización.
10. Se deberá
mantener un distanciamiento de, al menos, 1mt y medio de separación entre cada
persona. En este
sentido, se organizarán los bancos o asientos de la siguiente manera: 1.5
mts de distancia lateral, 1.5 mt de distancia hacia adelante y hacia atrás.
Es necesario que se haga un señalamiento en las bancas y asientos.
11. Los miembros de una misma familia, pueden ocupar una misma banca pero guardando distancia.
12. Durante las celebraciones no debe haber personas de pie, a no ser que
sean servidores o personal de apoyo.
13. Las
celebraciones no deben excederse, en lo posible, más de 50 minutos.
14. Los servidores del altar, lectores y ministros de la comunión han de ser los primeros, junto con el celebrante en dar el ejemplo. Por
eso, deben usar la mascarilla en todo momento.
15. Los
micrófonos deben
estar cubiertos con el material que sea conveniente y desinfectado luego de ser
usados.
16. Los días
de semana que no corresponda a la “radicalización” (según el esquema 7 x 7), se podrá tener la celebración eucarística con
las mismas condiciones, pero se pide que
ya a partir de las 5.00 pm. no haya más celebraciones de la eucaristía. Por
ahora y hasta nuevo aviso, no se celebrará la eucaristía por final de novenario
o las denominadas “cabo de año”.
17. Los
domingos, al menos una celebración por la mañana y otra por la tarde, con tiempo suficiente para poder realizar entre ellas la desinfección
antes señalada.
18. Se deben mantener las ventanas abiertas y lo mismo las puertas, para lo
cual es necesario prever personal que pueda controlar el ingreso a los templos.
19. Hasta cuando se den las condiciones, se suprime el saludo de la paz.
20. Para el rito de comunión se dispone lo siguiente:
a. El sacerdote y los ministros extraordinarios de la comunión deberán,
inmediatamente antes y después del rito, purificarse con alcohol o
antibacterial, pero de manera que la feligresía los pueda ver.
b. Para el rito de la comunión el celebrante y los ministros deben llevar la
mascarilla.
c. La comunión es preferible darla en la mano. Esto requiere la debida
catequesis.
d. Se pide que en la procesión de comunión se guarde la distancia de 1.5
mts. entre cada comulgante. Conviene señalar con algún signo en el piso la
distancia a cumplirse.
21. Al
terminar la celebración, luego de la bendición y saludo de despedida, invitar a los fieles a salir ordenadamente y sin apuros del templo.
Tampoco es conveniente que permanezcan en el atrio del templo sin guardar las
medidas de distanciamiento
22. Para las
confesiones, no se
realizarán en los confesonarios tradicionales. Es necesario que se realicen en
alguna capilla lateral o un espacio adecuado. El confesor deberá tener su
mascarilla lo mismo que el penitente. Se colocarán dos sillas, de tal modo que
el penitente quede al lado y no de frente al confesor. El penitente debe llevar
mascarilla. Y los que estén en las filas previas deben guardar la distancia ya
señalada.
23. Las
exequias se seguirán realizando sin la celebración eucarística y preferiblemente en las funerarias, con poca afluencia de personas. En
caso de hacerlas en el templo, será con las normas señaladas y sin afluencia de
muchas personas.
24. Para los
bautismos, cada
párroco debe tener en consideración lo siguiente:
a. Se debe cumplir con las normas de bioseguridad.
b. No debe haber afluencia de numerosos fieles. Para ello, se determina que
para cada celebración no haya más de tres niños o personas para bautizar, que
deberán ir sólo acompañadas de sus dos padrinos y sus dos padres. Rige la misma
condición de distanciamiento y empleo de mascarilla.
25. Para las
bodas, se
recomienda que se cumpla con lo siguiente:
a. Se hará la ceremonia sólo con la liturgia de la Palabra y el rito de
comunión.
b. Sólo asistirán los dos novios, los padres de ambos y los dos testigos o
padrinos. Y se debe cumplir con la normativa de distanciamiento y del empleo de
la mascarilla.
26. Para las
manifestaciones de devoción (Hora santa, exposiciones del Santísimo,
jornadas de oración, etc.) se seguirán las mismas normas. No debe
permitirse afluencia de numerosos fieles.
27. Es de
carácter obligatorio, junto con
las anteriores disposiciones, que se tenga en cuenta que no se podrá permitir
la entada de más un tercio de la capacidad de cada templo, siempre y cuando no
se rompan las medidas de distanciamiento.
28. Para los
lugares de evangelización, catequesis, jornadas de estudio y retiros, se deben
guardar las mismas disposiciones.
29. Se deberá mantener, reforzar y consolidar todo lo que se ha venido
haciendo por los medios de comunicación y las redes sociales en beneficio de la
feligresía, en especial de quienes tienen serias dificultades para acudir a los
templos sea por la distancia o por otros motivos.
30. En relación a la realización de las Primeras Comuniones y Confirmaciones, dado que cada parroquia tiene sus condiciones particulares, antes de
programarlas se debe hablar con el Obispo y junto con él, los párrocos
determinarán lo que es más conveniente.
II. RECOMENDACIONES
1. Se recomienda vivamente acatar con espíritu de fe y obediencia todas las
directrices de la Diócesis, de la Conferencia Episcopal y de las autoridades
sanitarias.
2. Se
recomienda vivamente a las personas que presenten síntomas de covid o
resfriado, fiebre u otra enfermedad que pueda resultar contagiosa de no asistir
al templo. El
personal debidamente preparado y autorizado impedirá con caridad su ingreso al
templo. Lo mismo aquellas personas que por razón de edad o de otro tipo puedan
ser vulnerables.
3. Para las
ofrendas que se puedan dar, se
dispondrá de una cesta o recipiente digno que se colocará en un determinado
sitio visible del templo.
4. A los
párrocos y sus cooperadores, se ruega
que se comuniquen con el Obispo o los Vicarios generales y episcopales ante
dificultades que se presenten o surjan, para actuar debidamente en comunión
eclesial.
5. Lo normado
en el Derecho Canónico y los Estatutos Sinodales siguen en vigencia, ahora más
que nunca. Por ello,
pedimos encarecidamente no romper las disposiciones de la Ley de la Iglesia y
de estas directrices. Recordamos que las celebraciones en casas particulares no
están permitidas y que si algún sacerdote es invitado a celebrar en un sitio
que no sea de su parroquia, antes que nada debe consultar y solicitar la debida
autorización del párroco correspondiente.
Si fuera necesario y conveniente, se indicarán otras directrices o lineamientos. Estas directrices son de
carácter público y se darán a conocer a los sacerdotes, miembros del pueblo de
Dios, personas de buena voluntad y autoridades regionales. Pasados 30 días, se hará una adecuada evaluación de la experiencia para
hacer los ajustes correspondientes a estas directrices, si fuera necesario.
Colocamos estas disposiciones en las manos del Santo Cristo de La Grita. Que la
intercesión de María nos ayude a vivir en la comunión eclesial y que todos
estemos prestos a hacer realidad el Evangelio de la Vida, que supone y exige la
atención y el cuidado de la salud espiritual y corporal de cada uno de
nosotros, sin distinción de ningún tipo.
+MARIO DEL VALLE, OBISPO DE SAN
CRISTOBAL.
Por
mandato del señor Obispo,
PBRO. JOSÉ DAVID RAMIREZ CARRERO
CANCILLER
San Cristóbal
a los 30 días del mes de octubre del año 2020.