VALIOSOS PARA DIOS
“Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador.”
“Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador.”
Iº lectura: Qo, 1, 1; 2, 21-23; Salmo: 89; IIº lectura: Col 3, 1-5.9-11; Evangelio: Lc 12, 13-21
El buen samaritano, Marta y María, el Padre
Nuestro. La Palabra hoy nos
invita a meditar un aspecto presente en los domingos anteriores: el
sentido de pertenencia a aquello que se nos da y lo que se tiene. Esto se
relaciona con la acción del samaritano, el gesto de
María y lo que pedimos en la oración que nos enseñó el
Maestro. La Palabra de hoy se encarna en lo que sucede en la vida cotidiana, en
lo que se elige y las relaciones entre las cosas y las personas.
Este domingo nos enseña que somos
valiosos para Dios. Las lecturas de este día, son un testimonio valioso para
todos, ya que de un modo u otro, somos manipulados por la rutina y en algunas
ocasiones podemos sentir la falta de fuerza para hacer las cosas bien y salir
adelante.
Fijémonos en lo cotidiano, lo que sucede a nuestro alrededor, para
darnos cuenta de la ausencia del sentido del pecado y la falta de perseverancia
en nuestros trabajos. Todo esto nos lleva a meditar algunos puntos
fundamentales para la vida del cristiano, veamos.
BUSCAR LOS BIENES DE ARRIBA
Vivimos inmersos en una serie de actividades a las cuales pensamos darle
el justo sentido, pero se nos escapa de las manos el verdadero rumbo que las
mismas deben seguir. El activismo -que consiste en llevar a cabo acciones con
una determinada intención- lo hemos convertido en un modo de evadir la atención
que debemos dar a Dios y el servicio que se debe prestar al prójimo.
La vida del hombre de hoy necesita de Dios, de su mirada, de los “bienes de arriba”. ¿Por qué nos aferrarnos
a lo material?, ¿por qué se idolatran bienes terrenos, ideologías o
superficialidades sin ningún objetivo?, es decir, ¿por qué nos alejamos de
Dios? San Pablo, no sólo a los colosenses sino también a nosotros, nos recuerda
que debemos dar muerte a lo que no sirve. ¿Cómo debiera ser nuestra actitud al
hacer un examen de conciencia serio?
La invitación es
clara: revestirse del
nuevo yo, es decir, revestirse de Cristo, de su Palabra, de su amor, de su paz;
despojándonos del materialismo en el que nos anclamos, alejándonos de la
superficialidad que daña el corazón del hombre y ser fieles a la riqueza que
nos da Dios, riqueza que vale mucho más que cualquier otra y que es más fuerte
que cualquier tesoro.
CON JESÚS Y MARÍA
Estamos por iniciar el mes en el que celebramos en nuestra diócesis la
fiesta de la Virgen María de la Consolación y del Santo Cristo de La Grita:
estamos invitados a pedirles con convicción la paz, el amor y la reconciliación
para todos sin excepción, siendo conscientes del valor que debemos dar más a
nuestros hermanos que a las cosas materiales. Así sea.
José Lucio León
Duque
joselucio70@gmail.com