ESTAMOS EN LAS MANOS DE DIOS
“Los que confían en
el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a
su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos”.
“EL QUE NO AMA PERMANECE EN
Uno
de los puntos principales es el camino del amor. La liturgia de la Palabra que se nos
presenta hoy deja entrever algunos aspectos fundamentales. En primer
lugar, los justos están en las manos de Dios y no serán
alcanzados por ningún tormento. Esto nos indica la infinita misericordia que el
Padre Eterno tiene y cómo es su deseo, el hecho de estar en Él. En segundo
lugar tenemos
la esperanza de ver la bondad del Señor, de estar junto a Él y participar de Él
para obtener la salvación. En
tercer lugar, debemos luchar con ahínco, con dedicación, con
compromiso, para así encontrar un equilibrio en el juicio que Dios nos hará.
Hacer
algo por los demás será tomado en cuenta para nuestra calificación final. No nos asombremos
de la decisión que nos comuniquen, no nos sintamos mal ni seamos indiferentes
ante lo que Dios nos manifieste. Fijémonos en algo: la salvación nos viene
gracias a las buenas obras que junto a la fe, todos y cada uno de nosotros
realicemos a lo largo de nuestra vida. ¿Cuándo hemos visto a Dios en los demás?
¿Cuándo nos hemos colocado al nivel de tantos hermanos nuestros para ver en
ellos a Dios? ¿Cuándo nos hemos colocado en la situación de nuestros hermanos,
los cuales han necesitado y necesitan de una ayuda, de una colaboración, de un
consejo?
Si alejamos a Dios de la vida cotidiana y
no lo acercamos a la vida con nuestro prójimo, estamos separándonos de la
recompensa que nos tiene preparada el Señor y por tanto, la muerte, nuestra
muerte, no será ya un encuentro pleno con Dios, sino un desvío de nuestra alma
a la oscuridad eterna. Recordemos siempre que “conocemos lo que es el amor, en que
Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por
nuestros hermanos”.
MARÍA, NOS GUÍA HACIA
En la
vía que nos conduce a Jesús y por ende, a la salvación, encontramos la
presencia de nuestra madre del cielo María Santísima. Ella, sierva del
Señor, nos da la posibilidad de caminar con Él hacia la verdadera salvación.
Ser discípulos fieles nos da la confianza para hacer bien las cosas y dar así
testimonio de vida, de esta manera seremos parte de los bienaventurados,
habiendo pasado, cuando Dios lo quiera, por el dolor de la muerte que en
definitiva, es camino hacia la felicidad, la vida eterna. Así sea.
"En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. (Beata Teresa de Calcuta)
José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com