José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
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jueves, 11 de septiembre de 2014

14 de septiembre: La exaltación de la Santa Cruz

LA CRUZ, SIGNO DEL AMOR DE DIOS
“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.”

I° lectura:
Num 21, 4b-9; Salmo: 77; II° lectura: Fil 2, 6-11; Evangelio: Jn 3, 13-17

La señal del cristiano -es sabido desde siempre- ha sido y será la cruz. La liturgia de la Palabra, nos lleva al lugar que nos ha dado la salvación: la cruz. Las lecturas de este domingo nos muestran de manera evidente el hecho de la exaltación. 

En la primera lectura, el hecho mismo de levantar la serpiente en el desierto, es prefiguración de la cruz en la cual hemos encontrado la salvación. 

Dicha exaltación se muestra en la vida del cristiano y específicamente en San Pablo -segunda lectura-, en el hecho de ver que “Dios lo exaltó dándole el Nombre sobre todo Nombre”, otorgándonos así la salvación. En el Evangelio, Jesús hablando a Nicodemo, anticipa la exaltación de la cruz, haciendo de ello el camino de salvación que el recorrerá para que nosotros sigamos su ejemplo.

DIOS AMA LA HUMANIDAD…

La fiesta de este domingo muestra el tema central de la cruz -un tema actual-, y lo presenta como itinerario de salvación que debemos seguir sin objeción. La cruz es signo fundamental del amor de Dios. Este signo se presenta como instrumento de paz y de armonía en medio de las vicisitudes que se presentan cotidianamente. La presencia de la cruz en la vida del cristiano es una ocasión para reflexionar algunas cosas importantes presentes igualmente en la actualidad. 

En primer lugar, la cruz de Jesús está en medio del mundo, en la vida cotidiana. A través de ella, Él nos salva, nos redime y purifica cada vez que nos acercamos al prójimo, con el fin de ayudarlo en sus necesidades. 

En segundo lugar, esa salvación es garantía de paz y solidaridad, ya que la ausencia de estos valores es la causa del alejamiento de muchas personas del amor de Dios.

En tercer lugar, la fiesta de hoy nos permite colocar la cruz en su lugar, en el sitio que le corresponde: en el corazón de todos y cada uno de nosotros. La cruz se convierte, por tanto, en signo de adoración, de vida, de paz, de resurrección, de redención. A través de su presencia, exaltada por el mismo Jesucristo, podemos recorrer un camino en el cual comprendamos que el amor de Dios es más grande que cualquier otra cosa.  ¡Arriesguémonos y unámonos al amor misericordioso de aquel que, en la cruz y por ella, nos dio vida y salvación!

MARÍA, TESTIGO FIEL DE LA CRUZ

Junto a María, podemos y debemos ofrecer nuestra vida a los pies de la cruz. Este signo de salvación debe ser nuestra bandera y el signo que nos acompañe en nuestro caminar, dirigiendo la mirada y el corazón a la Evangelización a la que todos estamos llamados a participar activamente. Así sea.

Preparemos nuestro corazón para recibir el amor de Dios a través de la Eucaristía, en la cual Cristo se inmola por todos y cada uno de nosotros; a través de su Palabra, que debemos proclamar como discípulos del Evangelio de la verdad, por medio de la cual llevaremos el mensaje a todos los que lo necesiten, de manera especial a los pobres y excluidos.

José Lucio León Duque.

Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela y de nuestra Comunidad Parroquial



NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO
Madre de todos


"María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón" (Lc 2, 19) La presencia de la Virgen María en nuestras vidas es una prueba tangible del amor de Dios hacia nosotros. Ella, humilde sierva del Señor, nos enseña que el amor y la entrega a Dios es el estilo de vida que debemos seguir como cristianos.
 
La Iglesia venezolana y nuestra parroquia se llenan de alegría por la celebración de la Fiesta de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela y de nuestra comunidad parroquial. Durante estos días, la fe y la devoción de los fieles ha quedado evidenciada en las manifestaciones de amor hacia ella a través del Santo Rosario, de la reflexión mariana y de la celebración Eucarística, centro de la vida cristiana.

Cada cristiano, como fiel discípulo de Jesús, se acerca a María con el fin de pedirle favores, de solicitarle alguna gracia particular, pero sobre todo, demostrando que nuestra fe, la fe del pueblo de Dios, se fortalece haciendo vida lo que el Evangelio nos enseña.

María Santísima, nuestra madre del cielo, conservaba cada palabra, cada gesto, cada experiencia, meditando todo en su corazón -nos dice el Evangelio-. Ella, esclava del Señor, proclama su grandeza y ofrece a cada uno de nosotros, el plan de vida que debemos tener como testimonio personal y comunitario. Su vida ha sido el ejemplo vivo de la acción de Dios, como garantía de salvación mediante una fe vivida y transmitida con sinceridad, sencillez, fe y docilidad.

La Fiesta de Nuestra Señora de Coromoto no es una fiesta más. Es un momento de encuentro con Dios a través de la vida misma de María Santísima. Es un despertar que nos motiva a sentir en Evangelio como parte esencial del ser cristiano y a vivirlo como un itinerario de Fe que nos lleva a ser cada vez mejores testigos y misioneros en medio del mundo.

También nosotros estamos llamados a meditar cada palabra del Evangelio, a conservar en nuestro corazón cada riqueza que Dios nos da a través de su Palabra, de la Eucaristía, de cada momento de intimidad con Él en la oración. Por ello, en el marco de esta Fiesta, estamos invitados a ser misioneros en la Evangelización de cada día, en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro corazón.

La fidelidad a Dios y la entrega personal como servicio apostólico son dos elementos que María Santísima nos enseña. Ella se aparece y está en cada corazón, en cada hombre y mujer que busca a Dios, en el pobre, en el excluido, en todos y cada uno de nosotros. Dios nos permita conservar y meditar lo que un cristiano sincero y transparente debe vivir. Estamos llamados a ello y nuestra respuesta sincera será la alegría más grande que podamos darle a Dios y a nuestra Madre Santísima.

Hoy, Fiesta de Nuestra Señora de Coromoto, coloquémonos a sus pies como signo de docilidad y humildad. Pidámosle a ella, la Bella Señora, que nos guie por caminos de paz, amor, fidelidad, misericordia pero sobre todo, en la sinceridad que debe caracterizar la Fe de todos y cada uno de nosotros. Así sea.

José Lucio León Duque
Párroco de Nuestra Señora de Coromoto
Diócesis de San Cristóbal - Venezuela


domingo, 7 de septiembre de 2014

PRIMER ENCUENTRO CON JESÚS EUCARISTIA EN LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2014

Con Jesús Eucaristía


Niños y niñas del Itinerario Catequístico Parroquial.
En el marco del inicio de la Festividad de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela y de nuestra comunidad parroquial, se celebró con gran gozo el Primer Encuentro con Jesús Eucaristía de 104 niños y niñas del Itinerario Catequístico Parroquial. 

La preparación de estos niños y niñas, que comprende dos niveles de catequesis, ha sido un camino lleno de fe y esperanza el cual se ha podido llevar a cabo gracias a la ayuda de Dios, de la Comunidad Sacerdotal: el p. Manuel Da Rocha, el p. Leward Fernández y el p. Luis Chávez, de los catequistas y de los padres y representantes.

El coro parroquial Nuestra Señora de Coromoto, guiado por el prof. Johan Parilli participó con el canto, llevando a cada fiel a vivir la experiencia de Dios a través de la música. El servicio al altar lo realizaron los jóvenes de la Fraternidad Juvenil Centinelas de la Luz.

En la Santa Misa, presidida por el p. José Lucio León Duque y acompañado por el diácono Jacobo de la Fraternidad de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, se vivió el verdadero sentido de la Eucaristía y ese encuentro personal con Jesús. 

Agradecemos de todo corazón a todos los que ayudaron en la preparación de esta celebración y seguimos adelante en el nombre de Señor. Dios les bendiga.

José Lucio León Duque.








IIIº Domingo de Cuaresma, 7 de marzo de 2021

LA CASA DE DIOS ES NUESTRA CASA “Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.”...