A la luz de la Inmaculada Concepción de María Santísima Virgen María, continuamos nuestro itinerario de fe y esperanza en este tiempo de Adviento, tiempo favorable para nuestra salvación. La caída en el pecado por parte del hombre y de la mujer por influencia del demonio (Iº lectura); la invitación a salir de ese pecado y a vivir en unidad, armonía y paz (IIª lectura) y el anuncio del nacimiento de Jesús del seno virginal de María nuestra madre (Evangelio), reflejan la esperanza y la confianza que debemos tener en Dios y en la intercesión de nuestra Madre del cielo.
La alegría y la pureza de María
El dogma de la Inmaculada Concepción decretado por el Papa Pio IX en el año 1854, nos lleva, junto a las lecturas de este domingo, a reflexionar sobre algunos temas específicos: en primer lugar, debemos sentir la alegría que el adviento proporciona, el carácter penitencial que también propone y la presencia de María en este itinerario. Esto nos da la esperanza, nos da la fuerza para salir ilesos del pecado, para reconocer y no dejarnos influenciar por la tentación del enemigo que desea quitarnos la vergüenza para no ser fieles a Dios. La actuación de Adán y Eva en el jardín del Edén causa un efecto de tristeza por las consecuencias del pecado, pero ello abre igualmente un camino: la esperanza devivir en la luz emprendiendo el verdadero camino. En segundo lugar, se nos invita a crecer, con la gracia de Dios, más y más en el amor. Este aspecto es necesario cultivarlo y mantenerlo ya que el amor es, junto con la paz, aspectos que ayudan en el desarrollo de la esencia del ser humano. En tercer lugar, junto a la caída del hombre y de la mujer y del amor que se debe vivir en Dios, surge la figura de María Santísima. Ella es el lazo de unión entre el pecado y la unión con Él. Su figura maternal nos da la certeza de ser hijos llamados a vivir en unidad. María es la llena de gracia, es la elegida para ser la Madre de Dios, la madre de todos y cada uno de nosotros, la mujer decidida a enseñarnos que el amor es posible, que la unidad es factible, que la pureza y la sinceridad son caminos de vida. María, la madre de este itinerario de Adviento, la luz que enciende nuestros corazones nos muestra la vía a seguir: “Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho”.
Junto a la Misión Diocesana…
Es hora de reconocer los pasos de Dios, de levantar la mirada a quien nos llama y nos busca en medio de las dificultades y nos invita a convertirnos. Más que nunca la tarea evangelizadora de la Iglesia es actual, está presente en nuestra vida y es nuestro deber ponerla en práctica a través de la Misión Diocesana. El hombre y la mujer de hoy sienten el llamado de Dios, para vivir definitivamente en el amor, apartando totalmente las divisiones, el odio y el rencor, surgidos y radicados por la influencia del maligno quien no cesa de rodear la pureza del amor que Dios nos regala cada día. Así sea.
“A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad (cf. Lumen gentium, 65) que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia del Señor, en su vida.” S.S. Juan Pablo II
En el mes de mayo, con lectura del decreto en el mes de noviembre, se creó la RECTORÍA SAN JUAN MARIA VIANNEY, en San Cristóbal, siendo el territorio de la misma el Barrio El Río, la Tinta y Pericos. Es un momento de alegría para todos y cada uno de nosotros, quienes con entusiasmo y fe, seguiremos trabajando en la predicación del Evangelio de la verdad, el mensaje de Jesús y la protección de María Santísima, nuestra madre. A continuación, parte del decreto de creación de nuestra rectoría...! Gracias de corazón Señor Obispo...!!!
Decreto de creación de la Rectoría San Juan María Vianney
“...Dado el crecimiento poblacional de algunos
sectores de parroquias eclesiásticas del Táchira y para una mejor atención de la comunidad que allí reside, habiendo escuchado el parecer del Consejo Presbiteral, hemos creído conveniente crear algunas Rectorías, que aunque vinculadas a su parroquia de origen, pueden ser atendidas de manera estable al menos por un sacerdote, y que gocen de una adecuada autonomía pastoral. En virtud de esto, de acuerdo a lo que establece el Derecho Canónico (C516,2 y C560) por medio de las presentes tengo a bien decretar como en efecto decreto, la creación de la RECTORÍA “SAN JUAN MARÍA VIANNEY” en el Barrio El Río,de San Cristóbal (…). Imploramos para todos los fieles de la nueva Rectoría, especial bendición del Altísimo y la protección de Nuestra Señora de la Consolación.”
Hace algunas horas se supo el fallecimiento de Hector Rojas, comunicador tachirense de TRT, la Televisora Regional del Táchira. Me viene a la mente que hace algunos años, en Radio San Cristóbal, donde Héctor trabajaba, se realizó un programa llamado "100 horas por la juventud", con la participación de tantos jóvenes y transmitiendo el mensaje de Dios a la juventud. Allí, en RSC se pasaron unas cuantas horas y recuerdo con afecto esos momentos, así como tantos que la comunicación social nos regala. Al igual que en otros programas, su carisma y su talento se difundió siendo pilar en la comunicación tachirense. Paz al alma de este comunicador y siempre adelante en el nombre del Señor...