José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
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viernes, 14 de noviembre de 2014

El Nuncio Apostólico en la Diócesis de San Cristóbal

EL ENVIADO DEL PAPA EN NUESTRA DIÓCESIS

Con gran alegría nuestra diócesis de San Cristóbal recibe un gran regalo: la visita del Nuncio Apostólico en Venezuela, S.E.R. Mons. Aldo Giordano. 

Su presencia es símbolo de la unidad de la Iglesia, la cual, fiel al llamado de vivir la evangelización como discípulos y misioneros, se siente comprometida con el mensaje de Cristo: “Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn 17, 21)

“La palabra Nuncio viene del latín nuntius, que se traduce como mensajero, enviado. El nuncio apostólico el embajador de la Santa Sede ante un gobierno.  Como tal, representa al Papa ante un gobierno y maneja los asuntos entre la Sede Apostólica y el gobierno civil del país al cual ha sido asignado. El nuncio debe «esforzarse para que se promuevan iniciativas en favor de la paz, del progreso y de la cooperación entre los pueblos». (Ver: Derecho Canónico, #362 a 367). Los Nuncios Apostólicos, son considerados los decanos del cuerpo diplomático del país en el que están acreditados. Esto es según la Convención Diplomática de Viena, 18 de abril de 1961. El servicio diplomático de la Santa Sede es el más antiguo del mundo. Sus orígenes se remontan a los legados enviados por los Papas para representarlos en concilios importantes. Ej: El papa envió un legado pontificio al Concilio de Nicea en el año 325. El Nuncio vigila por el bienestar de la Iglesia en el país al que es enviado Según el Código de Derecho Canónico, «la función principal del legado pontificio consiste en procurar que sean cada vez más firmes y eficaces los vínculos de unidad que existen entre la Sede Apostólica y las Iglesias particulares». Su misión incluye «prestar ayuda y consejo a los obispos, sin menoscabo del ejercicio de la potestad legítima de éstos». (Ver: Código de Derecho Canónico nn 362 a 367). El nuncio es asignado por el Papa y generalmente es un obispo.”
(Información tomada de la página católica http://www.corazones.org/diccionario/nuncio.htm)

LOS CRISTIANOS ESTAMOS LLAMADOS A SEGUIR LOS PASOS DE JESÚS

En el Evangelio el mismo Jesús nos indica lo que nosotros, como Iglesia que somos, debemos hacer y en el caso del Nuncio, como enviado de la Santa Sede, encontramos el significado propio de su misión en el sitio donde sea destinado: “Vayan pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Cfr. Mt 28, 19-20).

En primer lugar, el enviado, el mensajero, está llamado a ir y evangelizar. Esto conlleva a fortalecer la unidad en la Iglesia. ¡Qué misión tan hermosa están llamados a vivir quienes son escogidos para este servicio! Su misión de Evangelizar se fundamenta en vivir el mensaje de Cristo en cada rincón del mundo. El papa Francisco lo indica de la siguiente manera: "Su vida es una vida de nómadas. Cada tres, cuatro años... cambian de lugar, pasan de un continente a otro, de un país a otro, de una realidad de Iglesia a otra, a menudo muy diferentes; siempre con la maleta en la mano. Y esto implica... la mortificación, el sacrificio de despojarse de cosas, de amigos, de relaciones y comenzar siempre desde cero. Esto no es fácil" (Papa Francisco a los representantes pontificios el 21 de junio de 2013).

En segundo lugar, su misión de enseñar a cumplir el Evangelio es un servicio en el que todos estamos involucrados. El beato Pablo VI, el 25 de abril de 1951, siendo substituto de la Secretaría de Estado en ese periodo, se refería de los representantes pontificios así: "uno que es realmente consciente de llevar a Cristo consigo". ¿Cómo involucrarnos? Orando por ellos, viviendo en la Comunión de los Santos nuestro compromiso de trabajar juntos por la edificación de la Iglesia y cumplir, con lealtad y docilidad, el mensaje de Cristo, del Santo Padre y de quien le representa.

En tercer lugar, el mensaje del Evangelio, que le es encomendado de manera particular, hace que nosotros como Iglesia sintamos la necesidad de estar unidos al Pastor, promoviendo el bien de todos sin excepción. "¡Somos pastores -recuerda el Papa Francisco a los representantes pontificios- y esto no tenemos que olvidarlo nunca!. Ustedes representantes pontificios, son presencia de Cristo, son presencia sacerdotal, de pastores... ¡Hagan siempre todo con profundo amor! incluso en las relaciones con las autoridades civiles y con los colegas...busquen siempre el bien, el bien de todos, el bien de la Iglesia y de cada persona". Esta reflexión que nos ofrece el Papa Francisco, nos exhorta a dejarnos guiar por la Palabra de Dios, la acción del Espíritu Santo y nuestro compromiso como Iglesia: ¡oremos por nuestros Pastores!.

¡Bienvenido Mons. Aldo Giordano a nuestra diócesis de San Cristóbal!, tierra de gracia y bendición que en esta ocasión con su presencia, eleva una oración particular por las intenciones del Santo Padre ante el Santo Cristo del Rostro Sereno de La Grita y de Nuestra Madre, la Virgen de la Consolación.

Nuestro compromiso como Iglesia del Táchira se reafirma en la Misión Diocesana en la que, caminando juntos en Espíritu y Verdad, apuesta a la Reconciliación, como meta de quienes conformamos esta porción de la Iglesia. Así sea.

José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com

jueves, 13 de noviembre de 2014

Santo Cristo de los Milagros de La Grita

Santo Cristo de los Milagros
de La Grita
SEGUIR A JESÚS ES EL CAMINO

“La santidad no es un privilegio para algunos, sino una obligación para todos, para usted y para mí”. Estas palabras de la beata Teresa de Calcuta nos hacen ver con claridad, la necesidad que tenemos todos de unirnos verdaderamente a Dios siendo discípulos de Jesús en el anuncio del Reino de Dios. 

En la actualidad son muchos los caminos que se nos presentan con el fin de encontrar vías de escape que nos lleven al mejoramiento personal o grupal, y en muchas ocasiones todo queda en una simple teoría que al final no nos deja nada. La santidad es algo concreto, algo que se vive, que se cultiva, que se desarrolla en el corazón de hombres y mujeres, deseosos de vivir en unión con Dios y al servicio de los hermanos. 

“Con el ejemplo de los santos aprendemos el camino más seguro por el que, entre las vicisitudes mundanas, podremos llegar a la perfecta unión con Cristo o santidad, según el estado y condición de cada uno” (Lumen Gentium, 50, b). El Concilio Vaticano II así como todos los documentos de la Iglesia, nos llevan de la mano con el fin de mostrarnos el camino que debemos seguir. Optar por Él es seguir y vivir su mensaje de vida y de verdad. Es hacer una elección ante el sinnúmero de situaciones que se nos presentan en la actualidad. Es entrar en el corazón del pueblo necesitado, de pueblo hambriento y sediento de Dios, un pueblo que levanta sus manos al cielo y mirando fijamente al firmamento, pide señales de amor, de misericordia y de paz.

En una sociedad donde diversas ideologías, algunas de las cuales buscan un progreso siguiendo pautas erróneas, se ve la figura del cristiano como una opción que es posible elegir y vivir de manera real. No se puede llegar a la santidad siguiendo ideologías personales sin sentido, caprichos pseudo religiosos o pensamientos "politiqueros"; se llega a la santidad siguiendo principalmente a Jesús, su palabra, su testimonio, su vida, su entrega solidaria a los demás, como Buen Pastor que es.

El papa Francisco en su enseñanza del 28 de octubre de 2014 (que invito vivamente a leer y meditar), en el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, nos recuerda -entre otras cosas- lo siguiente: “Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos.”

No aspiremos a ser santos de nicho, ni a ser mencionados públicamente, ante todo seamos fieles discípulos de Jesús, solidarios con el prójimo, recordando las palabras del Beato Pablo VI: “Todo cristiano debe ser un verdadero cristiano, un perfecto cristiano. ¿Y cómo se llama la vida perfecta de un cristiano? Se llama “santidad”. Por ello, todo cristiano debe ser santo”. 

Pidamos al Santo Cristo de los Milagros de La Grita y a nuestra Madre, la Virgen de la Consolación, poder llevar a todos los lugares y personas el mensaje de amor, paz y justicia, siendo testigos de la verdad que viene de Dios, evangelizando en Espíritu y Verdad hacia la Reconciliación: esa es la vía. Así sea.

Nos unimos en oración por las intenciones de la Iglesia, del Santo Padre Francisco, de nuestro obispo Mario del Valle, del presbiterio y de todo el Pueblo de Dios. 
José Lucio León Duque

XXXIII° Domingo del Tiempo Ordinario

¿Enterramos nuestros talentos? o ¿los hacemos fructificar?
TALENTOS DE LUZ…
“Pero ustedes, hermanos, no vivan en tinieblas, para que ese día no les sorprenda como un ladrón, porque todos son hijos de la luz e hijos del día; no lo son de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados”.

Iº lectura: Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31; Salmo: 127; IIº lectura: I Tes 5, 1-6; Evangelio: Mt 25, 14-30

Todos los hombres y mujeres del mundo tenemos riquezas en la vida, riquezas que no son de oro ni plata, que no tienen nada que ver con posiciones sociales o algo similar. Cada ser humano, hijo e hija de Dios, poseemos talentos que superan los condicionamientos que en muchas ocasiones no dejan caminar con ilusión y esperanza. En este día, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre los talentos, sobre la admiración que debemos tener ante la grandeza de Dios y su presencia en nuestra vida.

LOS TALENTOS DEBEN CRECER

Poder ser partícipes de la entrega de los talentos teniendo la ilusión de multiplicarlos, es lo que se espera de un verdadero cristiano, comprometido y fiel. Las lecturas y el Evangelio de hoy, nos permiten encontrarnos y colocarnos ante una situación favorable para quien desea seguir a Cristo.

La liturgia de la Palabra nos lleva de la mano para entender que la virtud en las personas debe ser reconocida como una riqueza que Dios bendice. Se nos colocan ejemplos, situaciones, personas, etc, para que nos demos cuenta que Dios nos da la posibilidad de multiplicar y hacer crecer lo que tenemos. Esa bendición traducida en oportunidades se muestra como la luz que no conoce ocaso, como luz que brilla en las tinieblas del corazón abatido y que ilumina aún más el de aquellos que viven con fe el Evangelio de la verdad.

El mensaje de este domingo nos abre las puertas para entender la parábola de los talentos como medios para crecer, como instrumentos necesarios con los que podemos y debemos multiplicar las gracias que recibimos de parte de Dios. El pecado, la falta de fe, el alejamiento de Dios, de su amor y de su misericordia, el desprecio y la injusticia que sufren muchos hermanos nuestros, son parte de esos talentos enterrados que por negligencia y falta de confianza en el que todo lo puede, se hacen evidentes ante la mirada de todos.

¿Nos sentimos bendecidos por Dios? ¿Cuál es nuestra actitud ante aquellos que entierran los talentos? ¿Estamos dispuestos a valorar a todas las personas, sin distinción ni exclusión, siendo luz que brilla en la oscuridad?

MARÍA, BENDECIDA POR DIOS

Llena de gracia y bendecida por Dios, colmada de talentos y guía para hacerlos crecer, tenemos el ejemplo de una gran mujer, María nuestra Madre. En ella y junto a ella debemos caminar hacia el crecimiento de los que son los talentos de luz y que hacen del hombre fiel discípulo del maestro del amor. Así sea.
José Lucio León Duque

joselucio70@gmail.com

IIIº Domingo de Cuaresma, 7 de marzo de 2021

LA CASA DE DIOS ES NUESTRA CASA “Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.”...