¿Cómo formar un grupo Juvenil?
Para comenzar con la experiencia de formación y acompañamiento de los jóvenes, es necesario dar algunos pasos. A continuación desarrollo de forma sintética, gradual y pedagógica unos pasos que pueden orientar este proceso en sus parroquias o entes eclesiales.
El primero es ORAR. Para ello se sugiere las siguientes citas de la Sagrada Escritura: Marcos 16, 15 “Id por todo el mundo…” y Juan 15,16 “No me han ustedes elegido…”, esta oración debe ser personal y comunitaria.
El segundo es el DIAGNOSTICO REFLEXIVO. Esto lleva a la ubicación en el ambiente que se va a trabajar, tomando en cuenta la geografía, su historia, sitios frecuentados por los jóvenes, condiciones de vida, religiosidad, modos de pensar sobre Cristo y la Iglesia, grupos y organizaciones juveniles, las personas que se oponen, apoyan o trabajan con los jóvenes entre otros.
El Tercero es PLANEACION que está envuelto de etapas, programas, cronogramas y sistema de Evaluación-
El Cuarto es EJECUTAR. Este paso se puede desarrollar en tres aspectos: Contacto-Influencia-Formación.
CONTACTO: Puerta de entrada para el trabajo, se debe idear medios para entrar en contacto con los jóvenes o grupos de ellos, pensando en sus intereses con algunas estrategias como: Encontrarlos en su camino, darles a entender que queremos su bien, permitirles que se expresen, que nos descubran como amigos, haciéndolo con espontaneidad y humildad de quien también quiere aprender.
INFLUENCIA: Es una motivación para que el joven empiece a comprometerse en un proceso de formación y acción, la creatividad es fundamental, debe hacerse con tacto, confianza sin manipular. Para ellos se puede pensar en algunas actividades como equipos deportivos, sitios de estudio, grupos de música, teatro, arte, Campamentos, trabajos de observación e investigación del medio social, peregrinaciones, encuentros-congresos-seminarios-semanas de la juventud.
Este trabajo debe ser percibido como un servicio para ellos no al contrario, con exigencia, respeto, testimonio, espíritu de servicio, sacrificio y alegría, condiciones fundamentales para la influencia.
FORMACIÓN: Es el centro del proceso, es el propósito del contacto y la influencia. Aquí hay que tener cuidado, existe la tentación de iniciar “organizando cosas” sin una formación de base”. Es necesaria una adecuada y gradual formación en lo humano, cristiano, social y apostólico. No se puede organizar sin formación. ¡El HACER es para SER no para TENER o APARECER!
Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya