¿QUÉ DAMOS A DIOS?
“Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de su fe, el esfuerzo de su amor y el aguante de su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.” (I Tes 1, 3)
I°
lectura: Is 45, 1. 4-6; Salmo: 45; II°
lectura: I Tes 1, 1-5b; Evangelio: 22, 15-21
Salir al encuentro del Señor, es signo de unión con
aquel que viene a traernos paz y armonía a nuestros corazones. Él
se da a conocer y se presenta como el camino a seguir, ya que Él es digno de
nuestra alabanza y adoración. Esto nos conduce a vivir con fe, fortaleza y
convicción con quien nos ayuda y nos guía. En este domingo podemos reflexionar sobre el rol del
cristiano y cómo en su vida debe reinar, en nombre del Altísimo, la justicia y
todo lo que ella comporta.
Se puede notar la
presencia de la justicia en la liturgia de hoy. El
Evangelio nos presenta el deseo de algunos por hacer daño a Jesús, queriendo
comprometerlo ante todos y, como decimos en lenguaje popular, “hacerlo
quedar mal” en todos los sentidos. Se le pregunta a Jesús, con una
inicial ironía y sarcasmo, si es lícito pagar tributo al Cesar o no.
Esta pregunta es un modo
que evidencia la no muy buena intención de algunas personas hacia Jesús. Hoy
día, lamentablemente existen situaciones en las cuales desafiamos el amor de
Dios y su infinita misericordia. Tildamos a Dios de injusto si nos pasa algo
malo o tenemos algún problema, pensamos que si no obtenemos lo que queremos, es
porque Dios no quiere o no nos escucha. ¡Nada más lejos de eso porque Dios es
justo y recto!. El problema existente es la falta de valentía, temores
infundados e incoherencia constante.
Con esto no se pretende
decir que todo pueda estar mal, sino que se puede mejorar lo que sea
necesario. “Dar a Dios lo que es de Dios”, es entregar nuestra vida
a quien nos regala cada día su amor y su paz; es encontrar en el prójimo el
espacio para aplicar la justicia; es llevar a cada corazón, a cada hombre y
mujer, el Evangelio de la vida y de la justicia; es reconocer en cada persona
su dignidad, sus derechos, sus deberes; es luchar con dedicación por cultivar
valores en las familias, en las comunidades, en toda la sociedad, en la
Iglesia. Podemos decir que en la respuesta de Jesús encontramos la justicia que
todos y cada uno de nosotros debemos practicar.
Muchas veces, por estar
cumpliendo al “Cesar”, olvidamos nuestros deberes con Dios y lo que, como
cristianos y discípulos de Jesús, estamos llamados a vivir: ser coherentes y
justos. Seamos testigos del Evangelio, entendamos de una vez que es necesario
amar a Dios por sobre todo; ante todo está Él y por Él y para Él, es que
vivimos, nos movemos y existimos. Esto nos dará la fuerza en tomar la decisión
de salir y evangelizar, con nuestro testimonio de vida y con el Evangelio de la
Verdad.
CON LA BENDICIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA
Dediquemos tiempo, junto
al rezo del santo Rosario, a hacer obras de caridad y a reflexionar cada vez
más sobre el verdadero sentido de la justicia en nuestra vida y con relación al
prójimo. María Santísima nos guía, nos acompaña y nos bendice, acerquémonos
cada vez más a ella, a la Iglesia, a los Sacramentos; seamos misioneros
decididos a vivir el mensaje de Jesús y demos a Dios lo que es de Dios. Así
sea.
Señor
Jesús, Maestro del amor y de la vida, Santo Cristo del
Rostro Sereno,
te
pedimos por el mundo entero, por nuestro país Venezuela a ti consagrado.
Estamos
en tus manos y en ellas tenemos la confianza de
recibir
la sanación y la liberación que necesitamos.
Estamos
ante ti, sin miedo y con esperanza, recibiendo
el regalo de tu presencia en la Eucaristía, de tu misericordia, de la nueva
creación, de la luz.
Te
pedimos por todos y cada uno de nosotros, quienes
ratificamos nuestra adhesión a ti y nuestro servicio misionero en pro de los
más necesitados.
Te
encomendamos los enfermos, los más débiles, los pobres
y excluidos.
Confiamos
en ti y nos refugiamos en tu amor.
Señor
de la paz, de la salud y de la misericordia, escucha la súplica de tus hijos en
esta hora en la que estamos y debemos estar más unidos que nunca ante el
flagelo que azota al mundo entero. Así sea.
#YoMeQUedoEnCasa
#HoyMasUnidosQueNunca
#YoTengoUnAmigoSacerdote
Sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal