José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
En Sintonía con Jesús Radio

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sábado, 30 de julio de 2011

LA JUVENTUD VENEZOLANA
EN TORNO A LA JMJ MADRID 2011



En esta oportunidad presentó una radiografía juvenil que demuestra lo que son y buscan ser nuestros jóvenes, a la luz de los desafíos y retos que la Iglesia les propone.


VER. Nuestros jóvenes son sensibles a descubrir su vocación siendo amigos y discípulos de Cristo, llamados a ser Centinelas del Mañana, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del plan de Dios. No temen el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero si una vida sin sentido. Por su generosidad están llamados a servir a sus hermanos con todo su tiempo y vida.
Venezuela es una nación mayoritariamente Joven, nuestros jóvenes son: alegres, comunicativos, amigables, exigen libertad, se entusiasman fácilmente, no siempre son constantes, son sinceros, cariñosos, con sentido de fiesta y afán de celebrar, solidarios, en general no dados a una reflexión profunda, movidos por sentimientos, un poco superficiales en la asunción de los problemas, capaces de arriesgarse por algo importante pero también dejando todo de lado con facilidad cuando hay contratiempos. Tienen capacidad para oponerse a las falsas ilusiones de felicidad y a los paraísos engañosos de la droga, el placer, el alcohol, y todas las formas de violencia.

En este orden de ideas, los jóvenes tachirenses son deseosos de descubrir, seguir y comprometerse con Jesucristo y su Iglesia, quieres ser transformados en hombre nuevos siendo protagonistas de la construcción de la civilización del amor. Ante tantas alternativas, tienen ansias de realización personal para encontrar sentido a sus vidas, ven en Jesús un modelo, viven en diferentes ambientes y circunstancias concretas que hace una gran pluralidad.

Sin embargo, la gran mayoría estudia, algunos trabajan y otros no poseen una actividad específica, algunos están lejos de la Iglesia y sus vidas están envueltas en gran trivialidad por la música, moda y vicios, por falta de dirección y visión con desintegración y violencia familiar.

Por tanto, en búsqueda del sentido de la vida, son capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que el señor Jesús les hace. Como discípulos y misioneros, estas nuevas generaciones están llamadas a transmitir a sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la Sociedad.

DESAFIOS. Nuestros jóvenes tienen una situación de pobreza que limita su crecimiento armónico y genera exclusión y lleva al fenómeno de la movilidad humana y migración, la socialización donde los valores sufren una gran alineación, su filtración a las nuevas formas de expresión cultural, que afecta su propia identidad personal y social.

De igual manera, son presa fácil de las nuevas propuestas religiosas y pseudos religiosas, acompañada de la crisis familiar, donde aparecen carencias afectivas y conflictos emocionales, reflejada en la Educación de baja calidad, ausencia en el campo político, poco valor de la vida y por tanto muchos suicidios, a esto se une el mal uso de la comunicación virtual.

Por otra parte, la animación de los jóvenes en las diversas comunidades e instituciones de la Diócesis, los han hecho protagonistas de su propia evangelización. Todo esto a través de La promoción, seguimiento y acompañamiento de los grupos, fraternidades y movimientos juveniles en las diversas parroquias de la Diócesis de San Cristóbal para que se incorporen en el Proyecto Diocesano de Pastoral y contribuyan con sus carismas en la misión evangelizadora, todo esto desembocando en la formación inicial y permanente de la juventud, promoviendo la espiritualidad juvenil, basada en la vivencia bautismal de los creyentes.

III PARTE.
LÍNEAS DE ACCIÓN.
Luego de ver y juzgar la realidad juvenil aparece estas líneas de acción. Buscar renovar la opción por los jóvenes, Iglesia-familia, dando impulso a la pastoral juvenil en las CEB, alentando a los movimientos eclesiales que posean pedagogía juvenil, a colocarlas a disposición de las Diócesis, proponiendo a los jóvenes el Encuentro personal con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia.

A la luz del plan de Dios, se busca garantizar la realización plena de su personalidad, su opción vocacional. En este acompañamiento se irán introduciendo en la oración personal y la lectio divina, la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la reconciliación, la dirección espiritual y el apostolado.

Esto ayudará a privilegiar procesos de educación y maduración en la fe, como respuesta de sentido, orientación de la vida y garantía de su compromiso misionero, implementando una catequesis atractiva para los jóvenes que los introduzca en el conocimiento de Cristo y la Iglesia, en nuestra Diócesis se refleja en las Escuela Discipular, Social y de Acompañamiento que dirige la Pastoral Juvenil Diocesana.

Por tanto, se debe formar a la juventud para la acción social y política y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina social de la Iglesia, capacitándolos para las oportunidades de trabajo y evitar que caigan en la droga y violencia, proponiendo metodologías pastorales donde estén en más sintonía con el mundo adulto, asegurando de forma especial la participación en peregrinaciones, jornadas nacionales y mundiales de la juventud como este año sucede en nuestra Diócesis con 186 Peregrinos en La JMJ Madrid 2011.




Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya


Párroco de San Pedro Apóstol de La Palmita
Multiplicar, no dividir…
“…estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios...”

I° lectura: Is 55, 1-3; Salmo: 144; II° lectura: Rm 8, 35.37-39; Evangelio: Mt 14, 13-21

Caminar juntos, vivir en comunión, estar unidos, participar en fraternidad… todas estas frases, forman parte del lenguaje normal y vivencial de un cristiano y es lo que debe hacernos sentir seguros que Jesús camina con nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Dios? Nada ni nadie. Estamos unidos a Él en la medida que seamos verdaderos discípulos y seguidores no sólo de las palabras, sino de los hechos, las acciones, las obras que en el nombre de Él, se realizan.

Junto a Jesús…
Se nos presenta un episodio muy significativo del Evangelio: la multiplicación de los panes y los peces. Al respecto, hay algunos detalles que debemos tener en cuenta. En primer lugar, debemos aprender a escuchar a Dios. Solo así podremos encontrar paz y tranquilidad, y nuestro corazón estará lleno de su amor y su espíritu. En segundo lugar, se nos pide estar junto a Jesús, no apartarnos de Él, no permitir que ideologías, pensamientos absurdos, acciones injustas, malas influencias y demás desordenes presentes en el mundo, nos alejen del más grande tesoro que es el amor de Jesús. En tercer lugar, ante nuestros ojos Jesús multiplica gracias y dones, es decir, nos regala a cada momento la posibilidad de encontrar la oportunidad para hacer el bien y no aparentar hacerlo o vivirlo. En cuarto lugar, se nos invita nuevamente a cultivar el hecho de ser discípulos. El evangelio nos indica algo fundamental al respecto, como partícipes del banquete de Jesús: no hay que dejar que nuestros hermanos se vayan sin ser atendidos; hay que sentir compasión y misericordia hacia quien necesita de ello. En este sentido, el detalle de Jesús de no dejar ir a la gente con hambre, denota un sentimiento de amor hacia los demás. La Eucaristía, prefigurada en este episodio, es el centro de nuestra vida y nos permite ver en Jesús el maestro de los detalles de amor hacia Dios y nuestros hermanos más necesitados. Seamos testigos de la multiplicación de los dones y gracias que Dios hace cada día en el mundo, dejando de lado cualquier indicio de división y odio, extendiendo como verdaderos discípulos en medio de la sociedad, el evangelio de la verdad y de la paz.

María, multiplicadora del amor de Dios
Nuestra Madre del Cielo, nos enseña a transmitir a los demás con sencillez y certeza, la insondable grandeza del Señor para con sus hijos. Ella es testigo fiel de lo que debemos hacer para convertirnos cada día más en discípulos de su hijo con el fin de llevar a todas partes su mensaje y su amor y así, caminar siempre junto a Él. Así sea.

P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com

IIIº Domingo de Cuaresma, 7 de marzo de 2021

LA CASA DE DIOS ES NUESTRA CASA “Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.”...