José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
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jueves, 28 de mayo de 2015

La Santísima Trinidad, 31 de mayo de 2015

EN EL NOMBRE DE LA TRINIDAD
“Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.” (Mt 28, 19-20)

Iº lectura: Deut 4,32-34.39-40; Salmo: 33; IIº lectura: Rom 8,14-17; Evangelio: Mt 28,16-20

El gozo del amor de Dios nos regala una gran fiesta. La Pascua no termina, Emaús continúa haciéndose vida cada día; la presencia de Jesús en el cenáculo del corazón del hombre es símbolo constante en la espiritualidad de todos los cristianos. Cada celebración inicia invocando la Trinidad: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Es así que, nombrando con el corazón y los labios a Dios, somos testigos de su vida en nosotros. En este domingo se nos invita a alabar a Dios y admirarlo en sus obras y acciones; pidiendo constantemente su amor y su misericordia para que, creyendo en Él, seamos partícipes de la salvación.

MISTERIO DE FE, MISTERIO QUE SE VIVE

Un modo para comprender el misterio de la Trinidad, es el que se nos presenta y cómo la percibimos: el Padre Creador, el Hijo Salvador y el Espíritu Santo santificador. La manifestación de las tres divinas personas se muestra en las obras de Dios en el mundo y en el corazón del hombre. Esto se expresa en la realidad de la creación, en la Paternidad Divina que es principio y fin de toda realidad del universo. 

Así mismo, el sacrificio amoroso de Dios, que se cumple al hacerse hombre como nosotros, nos revela y nos deja como herencia, la salvación para todos y el amor que se manifiesta en la acción del Espíritu Santo, fuego en el alma de los bautizados, luz y guía para los fieles, cooperando de esta manera en el plan salvífico que Dios nos propone. 

Cada vez que hagamos la señal de la cruz, recordemos el gran misterio de Dios presente en nuestra vida, teniendo en cuenta que, en ese momento, podemos y debemos manifestar también exteriormente nuestra fe. Esto ayuda a reforzarla, cultivarla y transmitirla siempre más, en la medida que la comunicamos a nuestros hermanos, de modo particular, a los más pobres y excluidos, quienes requieren una especial atención.

LA VIRGEN MARÍA Y LA TRINIDAD

Cada día que pasa, tiene momentos concretos en los cuales la mirada al cielo debe ir acompañada de una jaculatoria u oración a la Santísima Trinidad. Ella está en nuestras vidas y junto a ella, contamos con la presencia maternal de María Santísima. Nuestra madre del cielo nos guía hacia la convicción de la presencia constante de Dios quien nos hace discípulos de su Hijo y, con la protección del Espíritu Santo, nos da la fuerza para unirnos a la Misión Evangelizadora, a la que todos estamos llamados como mensajeros de la paz, discípulos y misioneros. Así sea.

José Lucio León Duque

joselucio70@gmail.com

martes, 26 de mayo de 2015

Aniversario de Ordenación Episcopal de Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez, 27 de mayo de 2015

Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez,
Obispo desde hace 25 años
SERVIDOR Y TESTIGO
"Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual les ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que El se adquirió con la sangre de Su propio Hijo". (Hch 20,28)

Hace 25 años, Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez, fue consagrado Obispo, sucesor de los apóstoles, servidor y testigo. “El obispo es sucesor de los apóstoles y ha recibido la totalidad del sacerdocio de Cristo, por lo que es miembro de la jerarquía de la Iglesia. La ordenación de diáconos, sacerdotes y obispos pertenece únicamente a los obispos. Los obispos son pastores de y en su diócesis, en comunión con el Papa, Vicario de Cristo”.
(www.corazones.org/diccionario/obispo.htm)

EN LOS ANDES VENEZOLANOS DESDE HACE 16 AÑOS

La acción pastoral de Mons. Mario del Valle, se ha manifestado en el fortalecimiento de la fraternidad sacerdotal y la cercanía al presbiterio, así como la dedicación y servicio en cada aspecto pastoral que la Diócesis ha necesitado. Las visitas pastorales, la convocación y realización del IIº Sínodo Diocesano, el fortalecimiento de las Parroquias, la atención a aquellas comunidades más necesitadas.

La acción pastoral de Mons. Mario del Valle es reflejo del servicio que cada sacerdote debe vivir: seguir los pasos de Cristo y configurarse a Él, Sumo y Eterno Sacerdote.  Nuestro más sincero y fraterno saludo de felicitación en este día. 

Le encomendamos cada día en nuestras oraciones y colocamos su ministerio episcopal en las manos del Santo Cristo de los Milagros de la Grita y nuestra madre de la Consolación, María del Táchira. Felicidades Monseñor, Dios le bendiga. Así sea.
José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com

domingo, 24 de mayo de 2015

Pentecostés: día del Seminario, 24 de mayo de 2015

SEMINARIO DIOCESANO SANTO TOMÁS DE AQUINO
DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL
EL ESPÍRITU SANTO, RESPIRO Y VIDA DE LA FORMACIÓN

En el lenguaje bíblico el Espíritu se presenta como el soplo que penetra en el alma del hombre. El Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad, es el aire que da respiro a nuestra vida espiritual.

En la Solemnidad de Pentecostés celebramos de manera especial el Día del Seminario.  En él y en la vida cotidiana, debemos sentir la presencia del Espíritu Santo, el Consolador, invocando su iluminación en cada momento. Abriendo nuestros corazones a la acción purificadora y alentadora del paráclito, entendemos que el Espíritu Santo es nuestro respiro.

Jesús nos prometió el Consolador y cumplió su promesa. El día de Pentecostés las lenguas de fuego se posaron en cada discípulo, ese Espíritu que los alentó a hablar en diversas lenguas, que los empujó al mundo sin miedo, sin temores humanos, con el deseo de predicar con la palabra y la vida el Evangelio de Jesús a todos sin excepción.

Jesús nos recuerda y garantiza que no estamos solos, que la oportunidad de ser testigos del Evangelio está presente a cada momento y el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, es quien da respiro a cada acción nuestra y nos permite vivir según las enseñanzas evangélicas. Aprovechemos cada momento, recordando que cada cosa dicha y vivida es una enseñanza que nos  convierte en portavoz del mismo Jesús.

A quienes formamos parte de la familia del Seminario Santo Tomás de Aquino: ánimo, mirando siempre hacia delante, sin desfallecer en este camino, tratando de observar y vivir  con atención e ilusión los momentos que Dios nos regala y nos ofrece para nuestro crecimiento.

Dios bendiga y la Virgen Santísima, madre del amor y de la paz, bendiga nuestro Seminario y nos ayude a seguir adelante, configurándonos cada día más a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Así sea.
José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com



IIIº Domingo de Cuaresma, 7 de marzo de 2021

LA CASA DE DIOS ES NUESTRA CASA “Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.”...