¡Enseñar la verdad! no disfrazarse del mal…
“No cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que les predicamos, la acogieron no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en ustedes los creyentes.”
I° lectura: Mal 1, 14b-2, 2b. 8-10; Salmo: 130; II° lectura: 1Tes 2 7b-9. 13; Evangelio: Mt 23, 1-12
Es evidente la cantidad de personas que durante estos días se ciegan ante la propuesta de celebrar el Halloween. Negocios, casas, películas, publicidad y un sinfín de cosas que bombardean la mente y el corazón de la sociedad. Las miradas silenciosas de muchos solo dejan entrever la tristeza y la desaprobación ante esta praxis actual donde se desprestigia la dignidad y el corazón del hombre, enalteciendo la presencia del mal en estos tipos de celebraciones. Esto conlleva a darse cuenta la importancia que tiene cultivar y vivir la fe y no perder de vista el itinerario de vida cristiana que nos propone Jesús, el verdadero maestro que nos enseña la verdad.
Enseñar con autoridad y humildad
Sentarse en la cátedra es la manifestación expresa de quien se presenta como maestro, capaz de enseñar a los demás lo que es y significa un modelo de vida. Quien desempeña de la mejor manera este rol es Jesús y es por ello que nos exhorta para que nos demos cuenta, una vez más, la necesidad de transmitir la bondad con la vida y con el ejemplo. El maestro es quien enseña con su vida, con experiencia positiva, con coherencia, con presencia de Dios. El maestro es quien comparte lo que sabe y lo que vive. Aún así, todos podemos caer en el riesgo de mirar alrededor y condenar al mundo e ignorar los propios males, siguiendo el camino de quienes dicen enseñar pero solo con la voz y no con la fuerza del testimonio. Se hace entonces prudente esconder los títulos y sentir el compromiso de ser verdaderamente testigos de la verdad a ejemplo de Jesús quien nos indica el camino para no caer en esta tentación de “creerse más”…
María, nos guía hacia la salvación
La propuesta de Jesús para hoy es clara: escuchar la palabra de Dios y practicar lo que Él nos enseña. En este itinerario de fe, ella nos acompaña e indica el camino a seguir. Ella, madre del amor y maestra de oración, nos enseña a orar, escuchar a Jesús y guardar en nuestro corazón sus palabras y enseñanzas para que seamos testigos del amor de Dios. Así sea.
“Permíteme señor que yo te predique sin hablar, pero si con mi presencia, con las fuerzas de mis acciones, para que se vislumbre evidente el amor que te profeso. Dios habla en el silencio del corazón.” Beata Teresa de Calcuta
P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com
“No cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que les predicamos, la acogieron no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en ustedes los creyentes.”
I° lectura: Mal 1, 14b-2, 2b. 8-10; Salmo: 130; II° lectura: 1Tes 2 7b-9. 13; Evangelio: Mt 23, 1-12
Es evidente la cantidad de personas que durante estos días se ciegan ante la propuesta de celebrar el Halloween. Negocios, casas, películas, publicidad y un sinfín de cosas que bombardean la mente y el corazón de la sociedad. Las miradas silenciosas de muchos solo dejan entrever la tristeza y la desaprobación ante esta praxis actual donde se desprestigia la dignidad y el corazón del hombre, enalteciendo la presencia del mal en estos tipos de celebraciones. Esto conlleva a darse cuenta la importancia que tiene cultivar y vivir la fe y no perder de vista el itinerario de vida cristiana que nos propone Jesús, el verdadero maestro que nos enseña la verdad.
Enseñar con autoridad y humildad
Sentarse en la cátedra es la manifestación expresa de quien se presenta como maestro, capaz de enseñar a los demás lo que es y significa un modelo de vida. Quien desempeña de la mejor manera este rol es Jesús y es por ello que nos exhorta para que nos demos cuenta, una vez más, la necesidad de transmitir la bondad con la vida y con el ejemplo. El maestro es quien enseña con su vida, con experiencia positiva, con coherencia, con presencia de Dios. El maestro es quien comparte lo que sabe y lo que vive. Aún así, todos podemos caer en el riesgo de mirar alrededor y condenar al mundo e ignorar los propios males, siguiendo el camino de quienes dicen enseñar pero solo con la voz y no con la fuerza del testimonio. Se hace entonces prudente esconder los títulos y sentir el compromiso de ser verdaderamente testigos de la verdad a ejemplo de Jesús quien nos indica el camino para no caer en esta tentación de “creerse más”…
María, nos guía hacia la salvación
La propuesta de Jesús para hoy es clara: escuchar la palabra de Dios y practicar lo que Él nos enseña. En este itinerario de fe, ella nos acompaña e indica el camino a seguir. Ella, madre del amor y maestra de oración, nos enseña a orar, escuchar a Jesús y guardar en nuestro corazón sus palabras y enseñanzas para que seamos testigos del amor de Dios. Así sea.
“Permíteme señor que yo te predique sin hablar, pero si con mi presencia, con las fuerzas de mis acciones, para que se vislumbre evidente el amor que te profeso. Dios habla en el silencio del corazón.” Beata Teresa de Calcuta
P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com