“VEN, SIERVO BUENO
Y FIEL…ENTRA EN EL GOZO DE TU SEÑOR”
El
Señor recibe con sus brazos abiertos a un pastor, sacerdote, hijo del Táchira y
parte del corazón de generaciones que recibimos sus enseñanzas de padre y
maestro. Mons. José Hernán Sánchez Porras, obispo del Ordinariato Militar,
durante muchos años sembró la formación en muchos que hoy somos sacerdotes en
varias partes del mundo.
Sus
enseñanzas, su paternidad, fraternidad y cercanía, así como su disciplina y su
estilo muy propio de mostrarnos el camino al sacerdocio, nos marcaron de manera
innegable y mantienen vivo un recuerdo que se hace vida cada vez que debemos
servir como pastores.
Particular
recuerdo es su confianza en enviarme a estudiar teología junto con otro
hermano, P. Javier Yonekura y habernos permitido fortalecer la formación que
teníamos, impartida en nuestro Seminario “Santo Tomás de Aquino”.
Se
ha ido a la casa del Padre un gran sacerdote, un gran pastor, un buen amigo.
Los encuentros con él siempre fraternos, dejan la huella de una sincera certeza
que nos hace pensar en la necesidad de vivir de una manera más eficaz la
fraternidad sacerdotal y cristiana.
Siempre
un detalle, una agenda, un libro, algún recuerdo. Si en algún momento hubo
alguna llamada de atención seguramente fue por el bien de nosotros y Dios le
recompensa hoy el servicio y el esfuerzo que ha tenido, vivido y experimentado
por la Iglesia venezolana.
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