SEMINARIO DIOCESANO SANTO TOMÁS DE AQUINO DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL |
EL ESPÍRITU SANTO, RESPIRO Y VIDA DE LA FORMACIÓN
En el lenguaje bíblico el Espíritu se presenta como el soplo que penetra en
el alma del hombre. El Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad ,
es el aire que da respiro a nuestra vida espiritual.
En la Solemnidad de Pentecostés celebramos de manera
especial el Día del Seminario. En él y
en la vida cotidiana, debemos sentir la presencia del Espíritu Santo, el
Consolador, invocando su iluminación en cada momento. Abriendo nuestros
corazones a la acción purificadora y alentadora del paráclito, entendemos que
el Espíritu Santo es nuestro respiro.
Jesús nos prometió el Consolador y cumplió su promesa.
El día de Pentecostés las lenguas de fuego se posaron en cada discípulo, ese
Espíritu que los alentó a hablar en diversas lenguas, que los empujó al mundo
sin miedo, sin temores humanos, con el deseo de predicar con la palabra y la
vida el Evangelio de Jesús a todos sin excepción.
Jesús nos recuerda y garantiza que no estamos solos, que la
oportunidad de ser testigos del Evangelio está presente a cada momento y el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, es quien da respiro a cada acción
nuestra y nos permite vivir según las enseñanzas evangélicas. Aprovechemos cada
momento, recordando que cada cosa dicha y vivida es una enseñanza que nos convierte en portavoz del mismo Jesús.
A quienes formamos parte de la familia del Seminario
Santo Tomás de Aquino: ánimo, mirando siempre hacia delante, sin desfallecer en
este camino, tratando de observar y vivir con atención e ilusión los momentos que Dios
nos regala y nos ofrece para nuestro crecimiento.
Dios bendiga y la Virgen Santísima ,
madre del amor y de la paz, bendiga nuestro Seminario y nos ayude a seguir
adelante, configurándonos cada día más a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.
Así sea.
José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com
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