Luz y sal de la tierra…
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo…”
Iº lectura: Is 58, 7-10; Salmo: 111; IIº lectura: 1Cor 2, 1-5; Evangelio: Mt 5, 13- 16
La luz y la sal, la claridad y el sabor que estamos llamados a vivir, a dar al mundo y a cultivar en nosotros. Este domingo, nos encontramos con la luz y la sal, signos y símbolos del Señor. Así como la luz y el día se oponen a la noche y a las tinieblas; de la misma manera la sal (los cristianos) se oponen al “sin sabor” que se encuentra en el camino de quien no cumple la voluntad de Dios. La sencillez y la generosidad son elementos fundamentales para encontrar el modo de ser luz y sal de la tierra. Esto sólo lo posee quien camina en la luz, quien se fortalece en la oración. Pero atención: ¡Hay sombras que se presentan en la vida de todos y cada uno de nosotros!
Alumbrar, no oscurecer…
Quien es cristiano es luz para todas las personas y necesidades del mundo. El cristiano sabe que esta riqueza tan grande (la oración y la luz), le acerca a su salvador y que además es una forma extraordinaria de conseguir el perdón de sus pecados. La Iglesia es una comunidad de creyentes en la cual todos tenemos espacio, y aunque es de todos, ella tiene una particular preferencia por los pobres y excluidos. Compartir con sencillez es garantía de aquello para lo que estamos llamados: ser luz y sal de la tierra para quienes necesitan, sin exclusión y con convicción. Hagamos hoy una oración por nuestro prójimo para que el compromiso sea convertirnos en luz y sal para los demás, para el mundo pero también y de manera especial, en nuestros propios hogares...
En unión con María…
En este itinerario de fe, María Santísima nuestra madre, nos acompaña e indica el camino a seguir. Ella, madre del amor y maestra de oración, nos enseña a orar, escuchar a Jesús y guardar en nuestro corazón sus palabras y enseñanzas para que seamos testigos del amor de Dios. Así sea.
Oremos de manera especial por los sacerdotes de nuestra diócesis que durante estas semanas están realizando los Ejercicios Espirituales anuales: una experiencia de vida espiritual para vivir con convicción, en medio del pueblo, el Evangelio de la verdad.
P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario