José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
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viernes, 24 de abril de 2015

IV° Domingo de Pascua, Domingo 26 de abril de 2015

SEGUIR AL BUEN PASTOR
“Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.” (Jn 10, 14-16)

Iº lectura: Hch 4,8-12; Salmo: 117; IIº lectura: 1Jn 3,1-2; Evangelio: Jn 10,11-18

Contemplamos en este período los misterios Pascuales, y junto a ellos, celebramos a Cristo: Buen Pastor. En el Evangelio de San Juan, Él usa esta imagen refiriéndose a Él mismo ya que es la puerta por la cual todos estamos invitados a pasar. Él es el Buen Pastor que conduce a sus ovejas por senderos tranquilos hacia los mejores pastos. Los que no permiten esto son ladrones y matan las ovejas sin ninguna compasión.

COMPORTARNOS COMO PASTORES

En este domingo, como cada domingo de Pascua, se nos habla del impacto que la presencia de Cristo, resucitado de la muerte, tiene en cada uno de nosotros. Los católicos hacemos vida en esta experiencia con la cual se promueven, se aprenden y se viven las características sencillas de la vida cristiana: la oración y la Eucaristía, la instrucción en la fe y las posesiones en común. Cada uno de nosotros debemos configurarnos al Buen Pastor, siguiendo sus enseñanzas, su ejemplo y su presencia en medio de nuestros corazones.

Siguiendo lo que nos dicen las lecturas, vemos cómo se refleja lo que se hace en muchos momentos de la vida: algunos juzgan si se vive en nombre de Jesús y si se predica el Evangelio de la verdad. Más allá de esto, es necesario, junto con San Juan, encontrar en Dios el sentido de nuestra vida cristiana, ya que somos hijos de Dios y debemos luchar siempre por mostrarnos como tal.

El Buen Pastor es quien guía, conoce, ama y da la vida por sus ovejas. La llamada que se nos hace a seguir este camino, es un compromiso que tenemos como tarea y como parte fundamental de nuestra vida. Esto implica ser discípulo y misionero de Jesús quien nos invita a configurarnos con Él y conocer cada día más lo que comporta ser un Pastor a su imagen, lo cual nos dará la garantía de caminar en la verdad, en la paz y en la fraternidad que cada uno de nosotros debe vivir de verdad.  Si el reflejo de nuestra vida es lo que vivimos en nombre de Dios, seremos testigos de la verdad, extendiendo el Evangelio a todos los fieles sin excepción.

Escuchar y acoger la llamada del Señor no es una cuestión privada o intimista que pueda confundirse con la emoción del momento; es un compromiso concreto, real y total, que afecta a toda nuestra existencia y la pone al servicio de la construcción del Reino de Dios en la tierra. Por eso, la vocación cristiana, radicada en la contemplación del corazón del Padre, lleva al mismo tiempo al compromiso solidario en favor de la liberación de los hermanos, sobre todo de los más pobres. El discípulo de Jesús tiene el corazón abierto a su horizonte sin límites, y su intimidad con el Señor nunca es una fuga de la vida y del mundo, sino que, al contrario, «esencialmente se configura como comunión misionera» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 23).” (Mensaje del Santo Padre Francisco para la 52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones - 26 de abril de 2015)

MARÍA, MADRE DEL BUEN PASTOR

La vida y el ministerio de María, es único e irrepetible, ya que es modelo de cada vocación cristiana. María debe contar en la vida cotidiana de todos y cada uno de nosotros, pues ella nos invita a seguir su ejemplo: “hagan lo que Él les diga” (Jn 2,5); se nos invita, por tanto, a pedir su intercesión por todos los pastores de nuestra Iglesia, por todos y cada uno de aquellos que viven en Dios y a través de Él, se esfuerzan por ser verdaderos discípulos del resucitado. Así sea.

OREMOS AL BUEN PASTOR POR EL II° CONGRESO VOCACIONAL DIOCESANO DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL, QUE SE REALIZARÁDEL 30 DE ABRIL AL 3 DE MAYO DE 2015 EN NUESTRO SEMINARIO DIOCESANO SANTO TOMÁS DE AQUINO DE PALMIRA.

José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com




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