José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
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sábado, 6 de febrero de 2016

V° Domingo del Tiempo Ordinario, 7 de febrero de 2016

“LO SIGUIERON”… ¿Y NOSOTROS? 
“Entonces escuché la voz del Señor que decía: ¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí? Contesté: Aquí estoy, mándame.”

Iº lectura: Is 6, 1-2a.3-8; Salmo: 137; IIº lectura: 1Cor 15, 1-11; Evangelio: Lc 5, 1-11

Jesús sube en la barca de Simón Pedro, entra en la vida y en la historia de este pescador. El maestro ya había estado en su casa para curar a su suegra, y ahora en la barca, en su realidad de pescador para cambiar su visión de la vida y de los hombres. La narración sugiere acciones que crean cambios en el corazón y en las relaciones entre personas.

Al inicio Jesús reconoce a Simón como el propietario de las barcas, como el jefe de ese grupo de pescadores y le pide alejarse un poco de la orilla. Allí, con esa autoridad y ternura que le caracteriza, ordena a Simón remar mar adentro y lanzar las redes…lo hizo, escuchó a Jesús y su palabra fue determinante para el cambio de vida.

“…POR TU PALABRA, ECHARÉ LAS REDES.”

Simón llama a Jesús: maestro, es decir, aquel que está derecho delante de otro, la verdadera posición del jefe y del maestro. Simón reconoce a Jesús como el que enseña y como el que manda; cede voluntariamente ante el mandato del maestro y su palabra: “echa las redes” a pesar de las dificultades encontradas por aquellos hombres, cuyo oficio era justamente ese y del cual eran grandes conocedores.

San Lucas subraya la acción obediente de Simón y de los otros pescadores, “y, puestos a la obra”, es decir, hicieron lo que Jesús les mandaba. La fe al inicio se manifiesta en una historia concreta, acogiendo la palabra que pide el abandono en Dios, más que en cualquier otra cosa. La dos barcas se llenaron casi hasta hundirse…la palabra de Jesús da como fruto la abundancia, la plenitud, el significado de la confianza total en Dios.

En este contexto Simón llama a Jesús Señor y Jesús llama a Simón piedra, en un primer momento un nombre que expresa la dureza y en un segundo momento el fundamento de la Iglesia. Nosotros estamos ante la palabra de Jesús, quien desea de nosotros que seamos fundamento, pilares, buenos hijos de Dios y no personas de dura cerviz, que viven en la testarudez y no dan espacio a su presencia en la vida de cada quien.

Si decimos SI, quiere decir que estamos entendiendo lo que debemos hacer. Si la actitud en cambio es de ambigüedad, es señal de que hay que luchar aún más por encontrar en Dios el verdadero rumbo que nos lleva al justo equilibrio y a vivir en sintonía con Él.

MARÍA, MAESTRA DE DISPONIBILIDAD PARA ESCUCHAR

En Nuestra Madre del cielo encontramos el ejemplo para ser libres y decididos a seguir a Jesús. Ella nos enseña que, aceptando la voluntad de Dios a ejemplo de su “fiat”, es posible dar testimonio de la sabiduría de Dios, predicando con el ejemplo, siguiendo el camino de la libertad con decisión firme, como discípulos y misioneros del Evangelio de la verdad. Así sea.
P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com



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