“Todo lo que es
verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o
mérito, ténganlo en cuenta.”
I°
lectura: Is 5, 1-7; Salmo: 79; II°
lectura: Fil 4, 6-9; Evangelio: Mt 21, 33-43
La viña del Señor es el campo donde todos y cada
uno de nosotros debe trabajar y servir. Al respecto, la liturgia de la
Palabra de cada domingo y de este en especial, nos presenta la viña como
escenario del trabajo en el que se pueden incluir personajes buenos y
malos. Quienes deseen trabajar en la viña en los campos del Señor,
deben ser justos y rectos, lamentablemente en muchas ocasiones, se presentan
personas que no quieren cultivar paz y armonía, sino que proporcionan
destrucción y división.
“ESTE ES EL HEREDERO…”
El Evangelio narra el
episodio de unos trabajadores con malas intenciones, los cuales no respetaron
al dueño de la viña, ni a los mensajeros, ni al hijo; prefirieron la muerte y
la destrucción al progreso y al desarrollo. Para trabajar en la viña, se nos
proponen elementos esenciales para no caer en la destrucción del trabajo que se
debe realizar.
Un primer elemento es
el servicio. Servir es sinónimo, en este caso, de entrega al
trabajo encomendado y de allí debemos partir para hacer las cosas bien. Un
segundo elemento es la docilidad, que no significa ser
esclavo, sino tener disponibilidad y humildad al momento de realizar el
servicio. Un tercer elemento es el deseo de construir y,
al respecto, Jesús nos propone en el Evangelio que debemos construir en nombre
de Dios, del único maestro y de quien viene la salvación. La paz y la justicia
se hacen presentes nuevamente en la liturgia de la palabra y a esos dos pilares
nosotros debemos acercarnos. Llevar el Evangelio a todas partes es nuestro servicio;
ser disponibles en anunciarlo y vivirlo es nuestra tarea y mantener lo que
hacemos en el nombre de Dios, es signo de construcción en medio de un mundo
lleno de dificultades y vicisitudes.
Cada vez que nos
comportamos como verdaderos discípulos estamos siendo partícipes de la vida en
Cristo, el heredero que nos envía Dios para que nosotros seamos fieles
servidores. Mirando el comportamiento de los obreros de la viña, nos damos
cuenta que nuestra misión tiene un matiz profundo de responsabilidad, la cual
se manifiesta en la fe que profesamos, en la oración que elevemos
constantemente a Dios y en las obras de bien que realizamos, confiando
plenamente y dando testimonio como discípulos de Jesucristo, servidores,
disponibles y fieles.
MARÍA SANTÍSIMA, SIERVA HUMILDE DEL SEÑOR
Cada vez que vayamos a
emprender una misión, encomendémonos a María nuestra Madre. Ella
nos enseña a ser humildes y sencillos en medio de la misión de extender la
Palabra de Dios a todas partes y a todas las personas. Encaminémonos de
verdad en el servicio y en la misión que nuestra diócesis emprende, y demos
nuestro aporte para que todos los hombres y mujeres, sientan en su corazón el
deseo de seguir el amor, la paz y la justicia que nos ofrece y nos da el
Señor. Así sea.
Recordemos
que donde se reza el rosario no falta lo necesario, honremos a nuestra Madre
del cielo cada día con esta práctica de piedad.
Señor Jesús, Maestro del amor y de la vida, Santo Cristo del Rostro Sereno,
te pedimos por el mundo entero, por nuestro país
Venezuela a ti consagrado.
Estamos en tus manos y en ellas tenemos la confianza de
recibir la sanación y la liberación que
necesitamos.
Estamos ante ti, sin miedo y con esperanza, recibiendo el
regalo de tu presencia en la Eucaristía, de tu misericordia, de la nueva
creación, de la luz.
Te pedimos por todos y cada uno de nosotros, quienes ratificamos nuestra adhesión a ti y
nuestro servicio misionero en pro de los más necesitados.
Te encomendamos los enfermos, los más débiles, los pobres y excluidos.
Confiamos en ti y nos refugiamos en tu amor.
Señor de la paz, de la salud y de la misericordia,
escucha la súplica de tus hijos en esta hora en la que estamos y debemos
estar más unidos que nunca ante el flagelo que azota al mundo entero. Así sea.
#YoMeQUedoEnCasa
#HoyMasUnidosQueNunca
#YoTengoUnAmigoSacerdote
José Lucio León Duque
Sacerdote
de la Diócesis de San Cristóbal
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