IR Y PREDICAR
“Está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean
en el Evangelio.” (Mc 1, 15)
Iº lectura: Jon 3, 1-5.10; Salmo: 24; IIº lectura: 1Cor 7, 29-31; Evangelio: Mc 1, 14-20
► Predicar
el mensaje de Dios; arrepentirnos y
convertirnos, siguiendo el camino que el Señor nos indica, son signos de
que “el momento es apremiante” (1Cor 7,29) y por tanto, es
nuestro deber seguir caminando en nombre de Dios, aquí y ahora, en cada
instante y en cada lugar, de manera particular hoy, domingo de la Palabra. Ello implica ser decididos al anunciar el
Evangelio y denunciar aquello que nos aleja de Dios, aquello que no nos hace
discípulos de Jesús y que nos convierte en cómplices de las acciones del
maligno.
CREER Y VIVIR EL EVANGELIO
► La vida
cristiana está radicada en el amor a Dios y la fe que tenemos en Él. La situación actual que vivimos con la pandemia,
con la crisis mundial y tantos problemas existentes, nos ofrece la oportunidad
de ser discípulos del Maestro del amor y por ende, predicar lo que desea el
Señor del hombre de hoy: “Vengan conmigo y les haré pescadores de
hombres; crean en el Evangelio” (Mc 1,19). ¿Será posible
seguir los pasos de Cristo en medio de la necedad y la indiferencia que tantas
veces se presenta?
► La llamada
de Señor a aquellos pescadores es la misma que hace a todos nosotros. Una llamada que se realiza en medio de las
dificultades que vivimos y experimentamos, en el ámbito de una crisis que pareciera
no tener vía de salida. Sin embargo, nuestra actitud es y debe ser de
convicción: es necesario seguir sin doblez y con valentía a Jesús,
quien nos invita a caminar junto a Él como el único camino que nos salva,
siendo profetas en la actualidad, sin miedo y sin temor, sabiendo que la
Palabra de Dios y las acciones concretas a favor de su Pueblo, son garantía de
la unidad que realmente debemos vivir.
► El mensaje de Cristo
implica, ante todo, una respuesta, ya que se
nos invita a convertirnos, a desear mejorar en todo y a ser verdaderos
seguidores del Maestro del amor. En segundo lugar, la conversión
que nos hace cambiar de vida, nos lleva a creer más en el Evangelio y a
entender, en tercer lugar, que somos los responsables de
transmitir esa palabra. Es una buena noticia que tenemos en nuestras manos para
extenderla con convicción, con fe y esperanza, buscando siempre la manera de
estar de la mano con Dios, con el prójimo y con el deseo real y verdadero de
ayudarse siempre más.
► Encontrar al Mesías y sentir la fuerza de su
invitación es la llamada que nos debe mover a evangelizar, y
dicho mensaje debe ser llevado a todos sin excepción y con decisión. Es posible
seguir a Jesucristo, es posible adherirnos a su vida, es posible orar con el Él
y por Él, es posible ser discípulos de Jesús y dar testimonio de ello. Basta
creer, decidirse, ir y predicar. Hagamos vida la invitación de Jesús,
no tengamos miedo de seguirlo pues en Él tenemos la fuerza que nos ayuda a ser
verdaderos discípulos del Evangelio, y con ello, en medio del pueblo, podremos
saciar los vacios que dejan las inertes acciones de quienes ostentan ser
“salvadores”, creyendo poder callar a quienes seguimos a Jesús, único y
verdadero camino.
MARÍA NOS INVITA A SEGUIR A SU HIJO
► Acerquémonos a Jesús a través de María nuestra madre del cielo. Ella nos guía por sendas de paz y de bondad y nos llama a seguir a su Hijo: “hagan lo que Él les diga” (Jn 2, 5). Dispongámonos a seguir a Jesús, seamos sinceros con Dios y con nosotros mismos, dejemos el miedo y esforcémonos cada día por seguir el camino que nos lleva a la paz. Aunque muchos digan luchar por la paz y busquen otros fines, continuemos con nuestro ideal: en el nombre de Dios, como sus discípulos y sus testigos, unámonos a Él, en espíritu y verdad, con adhesión total y sin exclusión alguna. Así sea.
Señor Jesús, Maestro del amor y de
la vida, que te haces niño en medio de tu pueblo, te
pedimos en este del año 2021, por el mundo entero, por nuestro país Venezuela a
ti consagrado. Estamos en tus manos y en ellas tenemos la
confianza de recibir la sanación y la liberación que necesitamos.
Estamos ante ti, sin miedo y
con esperanza, recibiendo
el regalo de tu presencia en la Eucaristía, de tu misericordia, de la nueva
creación, de la luz.
Te pedimos por todos y cada uno de
nosotros, quienes
ratificamos nuestra adhesión a ti y nuestro servicio misionero en pro de los
más necesitados.
Te encomendamos los enfermos de
COVID 19 y de otras dolencias, los más débiles, los pobres y excluidos.
Confiamos en ti y nos
refugiamos en tu amor.
Señor
de la paz, de la salud y de la misericordia,
escucha la súplica de tus hijos en esta hora en la que estamos y debemos
estar más unidos que nunca. Así sea.
#HoyMasUnidosQueNunca
#YoTengoUnAmigoSacerdote
#SíALaVidaNoAlAborto
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