José Lucio León Duque

José Lucio León Duque
En Sintonía con Jesús Radio

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domingo, 28 de diciembre de 2008

La Sagrada Familia

Gracias a Dios por la familia…

"Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea su uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellévense mutuamente y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro"
En el mensaje de Navidad de este año, Mons. Mario del Valle Moronta, obispo de San Cristóbal, nos invita, entre otras cosas, a edificar el Reino de Dios, uniéndonos a él y llevar la esperanza en medio de la oscuridad a través de la Evangelización Diocesana. Este domingo es la continuación del itinerario que todo cristiano debe cultivar y construir: la vida en familia como don de Dios pidiendo para ella y para el mundo la luz de Dios y la paz. Las lecturas de este día nos preparan para comprender no sólo lo que es una familia, sino lo que en la vida cotidiana debemos hacer: honrar los padres, sobrellevarse mutuamente, perdonarse, ser luz y fomentar la unidad. Es el mensaje que la Iglesia diocesana y universal nos presenta para ser vivido en medio de la familia y junto a ella.

Un mensaje de paz para la familia y el mundo
La vida de todos y cada uno de nosotros debe ser testimonio de paz, de unidad, de armonía. Ello se consigue si vivimos en el respeto, con educación, ayudando a quien lo necesita y fortaleciendo nuestra fe. En medio del desinterés de muchos, tenemos el total amor de Jesús que nos hace parte de su familia, aún en medio de las dificultades que se nos puedan presentar. En el mensaje que este año el Santo Padre Benedicto XVI, propone para la celebración de la jornada mundial de la paz, nos recuerda la importancia de entender, desde el cristianismo, el fenómeno de la pobreza, entendida en todos sus aspectos. Todo ello se une a la situación de todas y cada una de nuestras familias, las cuales deben tener como tema principal de oración la paz. Es necesario seguir pidiendo por ella a fin que sea fuente de la vida que experimentamos gracias a la presencia de Dios. La paz debe ser el signo y el símbolo que acompañen la existencia de tantas almas necesitadas de Dios; tantos hombres y mujeres sedientos de su amor, deseosos de tranquilidad y de armonía; tantos niños que más que un juguete necesitan cariño y ternura; tantos jóvenes que más allá de vicios cargados de curiosidad, necesitan una mano amiga, que les acompañe a ser auténticos portadores de esperanza. La paz es signo de amor en la familia cuando cada hombre y cada mujer asumen sus propios retos y sus propias responsabilidades; cuando quienes gobiernan los pueblos del mundo se adhieren a vivir en unidad y trabajar por ella; cuando quienes la predicamos, trabajamos y luchamos por ella teniéndola en alto como el gran valioso tesoro que es. Este domingo se nos invita a que cada día valoremos lo que tenemos: nuestros padres, hermanos, amigos. Se nos pide ser testigos en espíritu y verdad del amor de Dios, reflejado concretamente en el rostro de tantos Dios niño posee, no por deseos de poder sino con el poder de amar y compartir con los corazones y las alamas sedientas de paz y hermandad.

Caminemos juntos con la Sagrada Familia…
No dejemos apagar la llama que la Navidad encendió en nuestros corazones; seamos esa luz que camina hacia los sitios más recónditos dónde necesiten de ella. Llevémosla junto a Jesús, José y María, a todas las familias, a todos los hogares y si a alguno de ellos no podemos llegar, dejemos que se extienda gracias a los sentimientos de unidad, de fe y de hermandad que existen en nuestras comunidades, cultivando aún más el deseo de evangelizar en espíritu y verdad sin excluir a nadie, siendo testigos de la verdad y la justicia.

Para todos nuestros lectores el más sincero deseo de paz.
Que de ella se desprendan los más hermosos sentimientos para todos sin distinción de raza o credo o condición social. Luchemos para que nadie impida la entrada de la acción misericordiosa y plena del amor de Dios en nuestros corazones. Dios les bendiga a todos.

La famiglia cristiana (Presso da www.catholic.net)


1. La famiglia deve essere il paradiso su questa terra, a immagine della famiglia di Nazaret.
a) La Sacra Famiglia viveva sempre in pace e armonia. b) La Sacra Famiglia lavorò, soffrì, pianse e si rallegrò come ogni famiglia in questo mondo. c) Il centro della Sacra Famiglia era Cristo-Dio. 2. Le virtù per vivere in famiglia
a) La pazienza.
I) Tutti gli uomini hanno difetti e debolezze. Impariamo a sopportare i pesi altrui. II) Sopportare pazientemente le persone che ci sono moleste è un atto di misericordia spirituale.
b) La comunicazione. I) Parlare delle cose che accadono per accrescere lo spirito di unione nella famiglia. II) Non tacere né nascondere mai gli aspetti che dispiacciono nel rapporto con gli altri.
c) La sussidiarietà. I) Collaborare in casa. II) Essere disponibili ad aiutare in quel che occorre, vincendo il proprio egoismo e l'amore per la comodità.

P. José Lucio

viernes, 26 de diciembre de 2008

Solemnidad del Nacimiento de Jesús

Navidad para todos…
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!

Muchos son los saludos y las palabras que en este día se intercambian junto con el deseo de pasar una feliz navidad. En la noción del tiempo y del espacio muchas personas no podrán sentir el espíritu navideño. Para muchos la Navidad será una estrella fugaz que recorre el cielo y deja solo un recuerdo de haber visto su ráfaga y nada más. Muchos hermanos y hermanas nuestras viven en continua espera de que llegue una luz pero nada, nada de nada. En muchos sitios se dan regalos, juguetes, prendas, vestidos, pero el amor sigue quedando alejado de muchas de esas cajas o paquetes adornados artísticamente bien pero sentimentalmente lejos de la realidad. Es Navidad para el pobre, para el indigente, para la madre abandonada, para quien se consume en el licor o las drogas. Es navidad para quien no cree en ella; también lo es para aquellos que reciben un regalo y para los que no. Es Navidad para los niños y ancianos, para los que se sienten libres y para los privados de libertad. Es Navidad para los secuestrados donde quiera se encuentren, para sus familias, para quienes han perdido la esperanza y para aquellos que aún sienten una llama que saben no se apagará. Es Navidad para los que no respetan la vida de los demás y para los que creyendo tener la razón, humillan y ultrajan al prójimo. Para todos los hombres y mujeres es Navidad, para todos nace Jesús…pero tristemente no todos los corazones están disponibles y abiertos a su llegada… ¡Qué locura tan admirable la de Dios! Quiere nacer de nuevo en el hombre y la mujer de hoy. Quiere repetir cada día el anuncio de la buena noticia, del Evangelio del amor, de la verdad y de la justicia. Dios se hace uno de nosotros para que nosotros estemos y vivamos en Él. No perdamos esta oportunidad, recordemos que no es otra navidad más sino que ES NAVIDAD PARA TODOS donde debemos dar lo que nos pertenece y no lo que nos sobra... Felicidades y los mejores deseos para todos y cada uno de nuestros lectores. Dios les bendiga.

P. José Lucio León Duque

domingo, 21 de diciembre de 2008

IV Domingo de Adviento

“¡Alégrate!”, un mensaje para todos…
“Celebremos con alegría el nacimiento del Niño Dios. No olvidemos a quienes menos tienen y demostremos que somos hijos de Dios, por tanto, sus hermanos: acerquémonos a ellos para compartir lo que tenemos y hacerles sentir la fuerza amorosa de nuestra solidaridad” -Mensaje de Navidad 2008, Mons. Mario Moronta, obispo de San Cristóbal-.

Iº lectura: II Sam 7,1-5.8b-12.14a.16; Salmo: 88; IIº lectura: Rom 16, 25-27; Evangelio: Lc 1,26-38

El camino que nos lleva a la Navidad es un itinerario de paz, alegría y esperanza. La alegría y la paz son temas propicios que encaminan al hombre de hoy a vivir con sencillez y este aspecto es primordial en la liturgia de este día. En ella, Dios muestra el deseo de vivir en el corazón del hombre y ser parte del amor que se debe practicar en el prójimo y en cada uno de nosotros.

Tiempo de paz y justicia…
Dios nos pide caminar en su presencia, ser verdaderos discípulos, testigos y misioneros de su palabra. El desea habitar en el corazón del hombre y que todos seamos constructores del templo de nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestra sociedad. Ser constructores significa caminar por sendas de paz y justicia, que permitan descubrir cada día más el insondable amor de Dios que nos da la fuerza en la preparación del corazón de hombre para su llegada. Es por ello que proclamamos el Evangelio de la verdad, el Evangelio de la vida, el mensaje de Jesús, hijo de Dios hecho hombre, presente por siempre en nuestra vida. Se nos invita a prepararnos bien en el Adviento para “hacer de esta Navidad un tiempo oportuno para la gracia de Dios: que nos llenemos de ella para fortalecernos a fin de reafirmar nuestra vocación de discípulos y misioneros” -Mensaje de Navidad 2008, Mons. Mario Moronta -. Con esto tenemos que debemos, en primer lugar, ser templos del Espíritu Santo; luego, vivir según la voluntad de Dios y en tercer lugar, reconocer en el amor de Dios el modo de cumplir su voluntad para creer, vivir y anunciar el Evangelio. Nos uniremos a Dios como discípulos de Jesús si creemos cada vez en su presencia en medio de todos, sin exclusión, sabiendo que todos somos parte de Él y de la Iglesia. En este tiempo de Adviento y en el de Navidad que se avecina, estamos llamados a unirnos con convicción al plan salvífico de Dios para con su pueblo: un plan de amor, paz y justicia…animémonos y unámonos cada vez más a la misión diocesana de evangelización.

María, ejemplo de sencillez y humildad
Dios nos anuncia el mensaje de paz presente en su Hijo a través del poder del Altísimo y en el “fiat” -hágase- de María Santísima. Ella nos da el ejemplo para cumplir con humildad y sencillez la voluntad de Dios, que no es otra cosa sino vivir de corazón su amor hacia Él, el prójimo y nosotros mismos. María, nuestra madre nos guía a Jesús, ella nos da la posibilidad de estar junto a Él, junto a la Sagrada Familia, junto al amor de Dios hecho hombre…

P. José Lucio León Duque

viernes, 19 de diciembre de 2008

Pbro. Jorge Aníbal Quintero Chacón, Nuevo Obispo de Margarita

NOMINA DEL VESCOVO DI MARGARITA (VENEZUELA) Il Santo Padre ha nominato Vescovo di Margarita (Venezuela) il Rev.do Mons. Jorge Anibal Quintero Chacón, del clero della diocesi di San Cristobal, finora Vicario Generale di San Cristobal. Rev.do Mons. Jorge Anibal Quintero ChacónIl Rev.do Mons. Jorge Anibal Quintero Chacón è nato a Queniquea, nella diocesi di San Cristobal, il 24 luglio 1956. Ha compiuto gli studi sacerdotali nel Seminario "Santo Tomás de Aquino" della diocesi. Ha ottenuto la Licenza in Educazione con menzione in Teologia e Filosofia presso l’Istituto Universitario "Santo Tomás de Aquino" di San Cristobal.È stato ordinato sacerdote il 27 giugno 1981, per il clero della diocesi di San Cristobal. Ha svolto i seguenti incarichi pastorali: Direttore di Disciplina nel Seminario Minore, Vice-Rettore e quindi Rettore del Seminario Minore, Cappellano militare, Parroco di "San Juan Nepomuceno" a Michelena, Parroco di "San Juan Bautista de la Ermita" a San Cristobal, Vicario Episcopale per le forze armate nella diocesi, Vicario Episcopale per la Pastorale e, dal 2004, Vicario Generale della diocesi. Tomado de: Vatican Information Press (VIS), 19 de diciembre de 2008

“Serás pescador de hombres”

Nos unimos al júbilo de la Diócesis de San Cristóbal por el nombramiento del Pbro. Jorge Aníbal Quintero Chacón, como Obispo de la Diócesis de Margarita. Su trayectoria como sacerdote, está colmada del ejemplo de quien configurado con Cristo, desea seguir y vivir el Evangelio de la verdad. Durante muchos años se desempeñó como formador y Rector del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino de Palmira y es por ello que, desde esta casa de formación sacerdotal, nos unimos en oración por el nuevo obispo de la Iglesia y pedimos al Todopoderoso abundantes bendiciones para Él. ¡María Santísima le proteja siempre!

sábado, 13 de diciembre de 2008

IIIº Domingo de Adviento - 14 de diciembre de 2008

“Voz que grita en el desierto”
“Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús”.

Iº lectura: Is 61, 1-2.10-11; Salmo: Lc 1; IIº lectura: I Tes 5, 16-24; Evangelio: Jn 1, 6-8.19-28

Alegría, regocijo y gran expectativa nos produce la venida del Señor. El tercer domingo de Adviento, nos muestra de manera especial la espera del nacimiento de Jesús. El profeta Isaías deja ver la imagen fructífera de la alegría que inunda los corazones, del Espíritu de Dios que lleva al elegido a anunciar la Buena Nueva, la salvación y la ayuda a quien necesita de ellas…esto nos lleva a florecer en medio del pueblo, en medio de las adversidades como testigos de justicia y de paz (Iº lectura). Se subraya la oración, la alegría y el hecho de que siempre debemos hacer el bien… (IIº lectura) y con el Evangelio se ratifica el inmenso amor de Jesús para los suyos resaltando la grandeza de Juan el Bautista, el precursor, indicándonos así lo que cada uno de nosotros practicar, reconociendo en el Hijo de Dios al Mesías que viene a salvarnos

Juan el Bautista, el testigo de la luz…
El itinerario del Adviento nos presenta a Juan el Bautista como ejemplo de lo que la liturgia de hoy nos ofrece: regocijo, alegría, fortaleza, fidelidad, justicia, paciencia… Juan es quien anuncia y denuncia, es quien sin miedo habla de Dios como guía de nuestra vida; es aquel que prepara no solo a los de su tiempo, sino también a nosotros en la vida cotidiana para perfeccionar nuestra adhesión a Dios y al mensaje del Evangelio. La actitud de Juan y la liturgia de hoy es lo que permite al fiel cristiano ser testigo de la presencia de Jesús; es lo que hace ver las cosas desde otros puntos de vista, es decir, nos muestra la verdadera vía para encontrar la felicidad. Juan predica en el desierto y justo allí florecen las esperanzas, es en el desierto donde germina el deseo de encontrar a Dios y seguir sus pasos. ¡Cuánto desierto encontramos en nuestra vida! ¡Cuántos momentos de tristeza, de dolor, de angustia! ¡Cuánta impotencia ante la injusticia que reina en ciertas situaciones que parecen no tener vía de salida! Ante todo esto se asoma una luz que nos ilumina desde lo más profundo de nuestro ser: la llegada de Jesús. Ante la duda de muchos y el asombro de otros, ¡Él es quien debe venir!, Él es quien nos salva, quien nos ilumina, quien nos da la fuerza para cultivar aún más el regocijo de su venida, la alegría de su presencia y la fidelidad a su mensaje. La presencia de Jesús, reflejada en el pesebre, en cantos y en celebraciones, se hace vida, se hace realidad perenne si nuestro corazón se dispone a abrir sus puertas y aceptarlo sin condiciones. Juan el Bautista nos da muchas enseñanzas y entre ellas nos recuerda que debemos tener valentía para ayudar a preparar la vía del Señor y sencillez para que quien escucha pueda entender que Dios es vida, alegría y armonía. Quien está lejos de la palabra del Señor, quien no vive en Dios sino que usa y abusa de la vida misma en desprestigio del hombre, se acerca más a la experiencia del mal y por ende, al pecado. Juan es el mayor entre los nacidos de mujer, es quien nos estimula y nos da ánimo para ser testigos en espíritu y verdad de lo que nos anuncia el Evangelio.

María nos enseña y ayuda a esperar…
En pocos días celebraremos el nacimiento de Jesús. En los pesebres colocaremos su imagen, muchos le dejarán sus carticas y los tradicionales villancicos hacen que un solo canto se eleve al cielo para entonar junto a los ángeles la paz, la alegría y la justicia. No dejemos pasar este momento favorable y recordemos siempre que alguien espera de nosotros la alegría que viene de Dios y el testimonio de una vida, que como la de María Santísima, nos enseña la paciencia y la humildad.

La tua identità di cristiano

1. Giovanni Battista conosce la propria identità.
a) Inizia il suo dialogo con gli ebrei dicendo "chi egli non è": non è Cristo, né Elia, né un profeta.
b) Conclude affermando chi egli è: "La voce che grida nel deserto".
c) Il Battista ha scoperto la sua stessa identità nel modo più profondo. Egli ha riconosciuto se stesso e la propria missione nella Sacra Scrittura.


2. Noi dobbiamo scoprire chi siamo.
a) Chi sono io? Quali sono i miei gusti, i miei desideri, le mie paure e speranze? Devo cercare la conoscenza sincera ed esaustiva di me stesso.
b) Devo riconoscere anche me stesso nella Sacra Scrittura. Anch'io ho una missione nella mia vita cristiana.
c) Di conseguenza, devo vivere coerentemente la mia vita cristiana. Devo evitare di lasciarmi
guidare dai criteri edonisti che mi offre questo mondo.

3. María ci guida verso la verità
Accogliamo con disponibilità l’amore che ci offre María Santíssima. Ella è madre dell’amore, madre della pace, madre della verità. Ella ci fa camminare tra i deserti della vita per insegnare agli altri con umiltà che possiamo vivere la venuta del Signore in mezzo al suo popolo. Così sia.

P. José Lucio León Duque

domingo, 7 de diciembre de 2008

8 de diciembre - Aniversario de Ordenación Presbiteral

El 8 de diciembre de 1995 por imposición de manos de Mons. Marco Tulio Ramírez Roa, recibía la Ordenación Presbiteral en el Templo Parroquial de San Juan Bautista de la Ermita. En este día pido oración por la Iglesia, nuestro Obispo Mons. Mario del Valle, los sacerdotes y todos aquellos que se preparan para recbir el ministerio sacerdotal. Igualmente recordamos con cariño el aniversario de Ordenación Presbiteral del P. Javier Yonekura, quien el 18 de diciembre de 1995 en la ciudad de Roma, recibió la Ordenación de manos del Eminentísimo Señor Cardenal Ugo Poletti en la Basilica de Santa María Mayor. Felicitaciones a todos los sacerdotes a los cuales, de todo corazón, se les desea lo mejor en este tiempo de Adviento y de Navidad. Dios les bendiga.

P. José Lucio

La Inmaculada Concepción, 7 -8 de diciembre de 2008

María: modelo de esperanza y fortaleza…
Iº lectura: Gen 3,9-15.20; Salmo: 97; IIº lectura: 2Pe 3,8-14; Evangelio: Lc 1,26-38

En el tiempo de adviento, tenemos la invitación a preparar la venida del Señor, a ser discípulos vigilantes en espera del Mesías que viene. Al mismo tiempo, se nos presenta la figura y el ejemplo de una mujer que, en palabras de San Alfonso María Ligorio es "portadora de paz a todo el mundo", "primogénita de la gracia", haciéndose eco de la tradición de la Iglesia refiriéndose a la Virgen María, la Inmaculada Concepción.

Paz y esperanza, ¡fuera el miedo!
El dogma de la Inmaculada Concepción decretado por el Papa Pio IX en el año 1850, nos lleva, junto a las lecturas de este domingo, a reflexionar sobre algunos temas específicos: en primer lugar, debemos sentir la alegría que el adviento proporciona, el carácter penitencial que también propone y la presencia de María en este itinerario. Esto nos da la esperanza, nos da la fuerza para salir ilesos del pecado, para reconocer y no dejarnos influenciar por la tentación del enemigo que desea quitarnos la vergüenza para no ser fieles a Dios. La actuación de Adán y Eva en el jardín del Edén causa un efecto de tristeza por las consecuencias del pecado pero ello abre igualmente un camino: la esperanza de vivir en la luz emprendiendo el verdadero camino. En segundo lugar, se nos invita a vivir, con la gracia de Dios, en perfecta armonía y unidad. Este aspecto es necesario cultivarlo y mantenerlo ya que la unidad es, junto con la armonía, aspectos que ayudan en la esencia del ser humano y su crecimiento. En tercer lugar, junto a la caída del hombre y de la mujer y de la unión y armonía que se debe vivir en Dios, surge la figura de María Santísima. Ella es el lazo de unión entre el pecado y la unión con Dios. Su figura maternal nos da la certeza de ser hijos llamados a vivir en paz, unidad y armonía. María es la llena de gracia, es la elegida para ser la Madre de Dios, la madre de todos y cada uno de nosotros, la mujer decidida que sin miedo, nos enseña que la armonía es posible, que la unidad es factible, que la pureza y la sinceridad son caminos de vida. María, la madre de este itinerario de Adviento, la luz que enciende nuestros corazones nos muestra la vía a seguir: "Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho".

A la luz de la nueva evangelización
Es hora de reconocer los pasos de Dios, de levantar la mirada a quien nos llama y nos busca en medio de las dificultades y nos invita a convertirnos. Este momento es favorable para vivir en unidad, esto no es una utopía, es una realidad ya que el gran problema de la desunión y desamor en la actualidad es porque de nuestro espíritu hemos alejado la verdad. Más que nunca la tarea evangelizadora de la Iglesia es actual, está presente en nuestra vida y es nuestro deber ponerla en práctica. Debemos sentir el llamado de Dios para vivir definitivamente en armonía, apartando totalmente las divisiones, el odio y el rencor, surgidos y radicados por la influencia del maligno quien no cesa de rodear la pureza del amor que Dios nos regala cada día. En nuestras familias, en los pobres y excluidos, en quien practica la injusticia, en quien usa la maldad para fines personales y supuestamente provechosos, en quien abusa de la autoridad, en quien humilla y maltrata al ser humano, en quien aparta a Dios de su vida; en todos ellos debe reinar la invitación: unámonos a la nueva evangelización, salgamos y seamos portavoces de la alegría y el gozo de ser hijos de Dios, de quien proviene armonía y unidad. Así sea.

Con Maria camminiamo insieme
La solennitá dell’Immacolta Concezione di Maria Santissima, ci fa riflettere sulla condizione di ciascuno dei figli. Siamo figli di Dio, figli di Maria che vogliamo trasmettere al prossimo la gioia di essere discepoli del Signore. Ho letto un brano di Benedetto XVI, proprio in ocassione di questa feste. Riporto qui un discorso sulla Madre di Dio, da parte del Sommo Pontefice Benedetto XVI:

Cari fratelli e sorelle!
Quest'oggi celebriamo una delle feste della Beata Vergine più belle e popolari: l'Immacolata Concezione. Maria non solo non ha commesso alcun peccato, ma è stata preservata persino da quella comune eredità del genere umano che è la colpa originale. E ciò a motivo della missione alla quale da sempre Dio l'ha destinata: essere la Madre del Redentore. Tutto questo è contenuto nella verità di fede dell'"Immacolata Concezione". Il fondamento biblico di questo dogma si trova nelle parole che l'Angelo rivolse alla fanciulla di Nazaret: "Rallegrati, piena di grazia, il Signore è con te" (Lc 1,28). "Piena di grazia" - nell'originale greco kecharitoméne - è il nome più bello di Maria, nome che Le ha dato Dio stesso, per indicare che è da sempre e per sempre l'amata, l'eletta, la prescelta per accogliere il dono più prezioso, Gesù, "l'amore incarnato di Dio" (Enc. Deus caritas est, 12).
Possiamo domandarci: perché, tra tutte le donne, Dio ha scelto proprio Maria di Nazaret? La risposta è nascosta nel mistero insondabile della divina volontà. Tuttavia c'è una ragione che il Vangelo pone in evidenza: la sua umiltà. Lo sottolinea bene Dante Alighieri nell'ultimo Canto del Paradiso: "Vergine Madre, figlia del tuo Figlio, / umile ed alta più che creatura, / termine fisso d'eterno consiglio" (Par. XXXIII, 1-3). La Vergine stessa nel "Magnificat", il suo cantico di lode, questo dice: "L'anima mia magnifica il Signore... perché ha guardato l'umiltà della sua serva" (Lc 1,46.48). Sì, Dio è stato attratto dall'umiltà di Maria, che ha trovato grazia ai suoi occhi (cfr Lc 1,30). E' diventata così la Madre di Dio, immagine e modello della Chiesa, eletta tra i popoli per ricevere la benedizione del Signore e diffonderla sull'intera famiglia umana. Questa "benedizione" non è altro che Gesù Cristo stesso. E' Lui la Fonte della grazia, di cui Maria è stata colmata fin dal primo istante della sua esistenza. Ha accolto con fede Gesù e con amore l'ha donato al mondo. Questa è anche la nostra vocazione e la nostra missione, la vocazione e la missione della Chiesa: accogliere Cristo nella nostra vita e donarlo al mondo, "perché il mondo si salvi per mezzo di Lui" (Gv 3,17).
Cari fratelli e sorelle, l'odierna festa dell'Immacolata illumina come un faro il tempo dell'Avvento, che è tempo di vigilante e fiduciosa attesa del Salvatore. Mentre avanziamo incontro a Dio che viene, guardiamo a Maria che "brilla come segno di sicura speranza e di consolazione per il popolo di Dio in cammino" (Lumen gentium, 68).
(BENEDETTO XVI, 8 DICEMBRE 2006)

P. José Lucio

martes, 2 de diciembre de 2008

JORNADAS DE EVANGELIZACIÓN

En vista de la unión que debemos tener como Iglesia, haciéndonos eco del plan trienal de la Diócesis de San Cristóbal y cumpliendo nuestro compromiso de discípulos, invitamos a todos a participar y a orar por la Evangelización que estamos haciendo en nuestra comunidad parroquial. Les invitamos a todos a ser portavoces del Evangelio de la verdad, el mensaje de Jesús...


Sábado 6 y Domingo 7 de diciembre de 2008
JORNADAS DE EVANGELIZACIÓN

VISITA CASA A CASA

Domingo 7 de diciembre de 2008 a partir de la 1.00 de la tarde en el Templo…CHARLAS DE FORMACIÓN Y
ADORACIÓN EUCARÍSTICA
Contamos con tu oración y tu presencia...
Únete a nosotros en la Nueva Evangelización...

viernes, 28 de noviembre de 2008

Iº Domingo de Adviento, 30 de noviembre de 2008

Hay que despertar...
“Velen entonces, pues no saben cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes lo digo a todos: ¡Velen!”

Iº lectura: Is 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7; Salmo: 79; IIº lectura: I Cor 1,3-9; Evangelio: Mc 13,33-37

Una vez más las puertas de la esperanza reflejadas en el Adviento, se abren a todos los hombres y mujeres que desean formar parte de este itinerario que lleva a comprender una vez más que estamos llamados a ser luz en medio de la oscuridad. Somos obra salida de la mano de Dios, obra que pide el amor del padre amoroso y en el cual confiamos plenamente a pesar de nuestras debilidades. En el camino de la fe, el Señor no nos deja ni abandona. Él nos acompaña y nos enriquece en todo, “en el hablar y el saber” y no nos falta nada porque Dios nos da la gracia y los dones que necesitamos para dar testimonio de vida ante el mundo y en medio de él.

Vigilar es la tarea...
Al inicio del tiempo de Adviento se nos pide estar vigilantes, despiertos y disponibles para recibir la gracia de Dios. No debemos dar espacio para que el enemigo se siga apoderando de nuestras vidas, sino debemos orar constantemente para dar testimonio del Evangelio que nos transmite Jesús. En la actualidad muchas veces nos dormimos, no permanecemos vigilantes sino dejamos que la apatía, la pereza y la duda invadan el corazón. Cada vez que nos olvidamos de trabajar y servir por el Reino de Dios, estamos alejando la posibilidad de caminar en Cristo y en lo que transmite su mensaje. Estar despiertos es tener fe, es vivir esa fe desde el amor de Cristo para transmitir con las palabras y las obras ese amor a los demás. El Santo Padre Benedicto XVI en la catequesis del miércoles 26 de noviembre de 2008 nos dice: “La fe, si es verdadera, es real, se convierte en amor, en caridad, se expresa en la caridad. Una fe sin caridad, sin este fruto, no sería verdadera fe. Sería fe muerta.” Esto demuestra la vía que debemos seguir, un camino de vida, de esperanza, de alegría en medio de las vicisitudes que se puedan presentar. Hagamos el propósito de ser luz en medio del pueblo, de recibir la salvación de la misma cruz, viviendo como hermanos de verdad, dejando de lado divisiones, rencores y todo aquello que nos pueda desunir.

La madre de la luz
María Santísima nos anima y nos ayuda a vivir en esperanza y alegría; ella es ejemplo de fortaleza y sencillez para afrontar la vida como se debe y estar vigilantes a cada momento. Que nadie sienta en su vida que falta el amor de Dios, ya que todos estamos llamados a ser testigos del evangelio viviendo en espíritu y verdad, la unión y el amor que todos los pueblos debemos llevar como única bandera y así obtener la salvación. Esto nos lleva a decir con convicción: unámonos en nombre de Dios para llevar a todos los lugares y a todas las personas el anuncio del mensaje de Jesucristo, unámonos a la Iglesia diocesana en la Nueva Evangelización… oremos, unámonos y vivamos el Evangelio. Así sea.

In questa PRIMA DOMENICA DI ADVENTO, è neccessario rivolgere lo sguardo a colui che ci chiama e ci fa diventare suoi figli. In mezzo al mondo, pieno di sofferenze, di dolore ma anche con la speranza di poter cambiare, siamo tutti chiamati a svegliarci, ad essere luce in mezzo al buio, ad essere veri discepoli del maestro che ci da la vita. Caro fratello, cara sorella, non nascondiamo mai i doni che Dio ci da, anzi, è ora, è un’ora favorevole, di cominciare a evangelizzare e portare a tutti il messagio di vita che è il Vangelo della veritá, della pace, dell’amore…Così sia.

P. José Lucio

martes, 25 de noviembre de 2008

Preparándonos para el Adviento

La Corona de Adviento
La esperanza está en Jesús…

Con la confianza colocada en Jesús, quien vino, viene y vendrá en cada uno de nuestros corazones, extiendo de corazón un mensaje de fe y esperanza a todos aquellos que necesitan o necesitamos del amor de Dios. Una de las tradiciones más hermosas que tenemos es la realización de la Corona de Adviento, como signo, entre otras cosas, de la espera que nos da el amor a Jesús que viene. Veamos una explicación al respecto, tomada de http://www.corazones.org/.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hastallegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.
Origen: La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas.
Nueva realidad: Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."
En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.
Las ramas de verde perenne recuerdan Jesús es la luz eterna. En los países fríos se escogen ramas de los árboles que no pierden sus hojas en el invierno, para simbolizar que Dios no cambia.
El círculo nos recuerda que Dios no tiene principio ni fin, es eterno.
Recordamos la larga espera de la Humanidad que, cayendo en pecado, vivía en oscuridad. El Pueblo de Israel recibió de Dios la promesa y los profetas la mantenían viva en los corazones. Nosotros, por el bautismo, estamos llamados a ser profetas y anunciar el reino de Dios. Es así que nosotros, en Cristo, somos luz”.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Solemnidad de Cristo Rey

Él es quien nos salva, ¡es el Rey!
“Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones”

Iº lectura: Ez 34, 11-12.15-17; Salmo: 22; IIº lectura: I Cor 15, 20-26.28; Evangelio: Mt 25, 31-46

Celebramos con gozo y alegría la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Es un día de fiesta, en el cual estamos convencidos de la presencia de Jesús en nosotros y de su plena y total soberanía. Es el día para reconocer, con humildad y sencillez, la grandeza y la omnipotencia de Dios que se hace hombre para acercarnos más a Él y hacernos así partícipes de su vida misma. La liturgia de este domingo nos muestra la figura del pastor que cuida de los suyos, sus ovejas - siendo ésta una figura bíblica que traduce la humildad, la docilidad y la mansedumbre del hombre -. Jesús es el Rey de reyes, el señor de señores, es quien otorga la más grande recompensa, el amor y la misericordia, hacia quien vive con docilidad y disponibilidad la ayuda al prójimo, reflejo del rostro de Dios en la vida cotidiana.

Ayudar sin exclusión…
El evangelio de este domingo nos da las pautas con las cuales el cristiano debe reconocer en Jesús el Rey de reyes. Ante todo, estamos llamados a obrar bien, a ayudar al prójimo y en él a ver con amor el rostro de Jesucristo. Obrar bien es parte del testimonio que debe dar el cristiano, quien es discípulo de Jesús, quien sabe que en el prójimo está presente Dios y su infinito amor. Luego es importante tener en cuenta que el juicio de Dios, es un juicio de misericordia y de amor. Dios separa los buenos de aquellos que no lo son y de acuerdo a las obras realizadas con sinceridad y convicción, la infinita misericordia de Dios juzgará y dará la recompensa que cada uno merece. Celebrar la Solemnidad de Cristo Rey nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad que tenemos de reconocer en Jesús la razón de nuestra vida, a quien debemos imitar y junto con quien debemos caminar. Acerquémonos a Jesús Eucaristía, a Jesús presente en el prójimo y a Jesús vivo en el corazón de todos y cada uno de nosotros, A lo largo de la historia tenemos el testimonio de muchos cristianos quienes han dado la vida por Cristo como el Rey de sus vidas; y por ello, en nombre de Dios, de la Iglesia de Cristo que vive en nosotros y con el deseo de ayudar cada vez más al prójimo, se pide a todos los cristianos que su lema de vida sea: ¡Viva Cristo Rey!.

María Santísima, madre del rey humilde y sencillo
María, nuestra madre, nos enseña la humildad que todo cristiano debe seguir y vivir. Ella es la madre del Rey, la madre del Salvador del hombre, la madre de Dios. Su humildad y sencillez nos permite contemplar un corazón puro y un alma materna que está por encima de cualquier otra cosa. Ella nos da ejemplo de cómo vivir en Dios y a partir de su amor, ser prójimo con el prójimo y verdaderos testigos del evangelio. La nueva evangelización es clara, es precisa: unámonos a Dios y unidos a Él, unámonos para proclamar la verdad, la justicia y la paz en la nueva evangelización y así poder escuchar: Vengan benditos de mi Padre…Así sea.
Dio ci chiama ad ascoltarlo nella sua Parola, a seguirlo nella sua via ed a trasmettere il suo Vangleo, messaggio di pace e di amore. La sua regalità è segno di semplicità e di umiltà; è presenza di vita e di speranza. Il buon pastore cerca e cura le sue pecorelle; non le lascia andare per altre strade diverse a quelle della verità, della giustizia, della vera vita. Il buon pastore ci insegna a seguirlo, giacchè non ci mancherà nulla se ci fidiamo di lui. In questa domenica, solennità di Cristo Re dell'Universo, la chiesa ci invita a seguire le esempio di colui che, anche essendo Re, ci si mostra con semplicità e con amore verso tutti...Così sia.

P. José Lucio León Duque

sábado, 15 de noviembre de 2008

Domingo 16 de Noviembre de 2008

Talentos de luz…
“Pero ustedes, hermanos, no vivan en tinieblas, para que ese día no les sorprenda como un ladrón, porque todos son hijos de la luz e hijos del día; no lo son de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados”.

Iº lectura: Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31; Salmo: 127; IIº lectura: I Tes 5, 1-6; Evangelio: Mt 25, 14-30

Todos los hombres y mujeres del mundo tenemos riquezas en la vida, riquezas que no son de oro ni plata, que no tienen nada que ver con posiciones sociales o algo similar. Cada ser humano, hijo e hija de Dios, poseemos talentos que superan los condicionamientos que en muchas ocasiones no dejan caminar con ilusión y esperanza. En este día, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre los talentos, sobre la admiración que debemos tener ante la grandeza de Dios y su presencia en nuestra vida.

Los talentos deben crecer
Poder ser partícipes de la entrega de los talentos teniendo la ilusión de multiplicarlos, es lo que se espera de un verdadero cristiano, comprometido y fiel. Las lecturas y el Evangelio de hoy, nos permiten encontrarnos y colocarnos ante una situación favorable para quien desea seguir a Cristo. La primera lectura nos lleva de la mano a entender que la virtud en las personas, y en este caso de la mujer, debe ser reconocida como una riqueza que Dios bendice. Se nos colocan ejemplos, situaciones, personas, etc, para que nos demos cuenta que Dios nos da la posibilidad de multiplicar y hacer crecer lo que tenemos. Esa bendición traducida en oportunidades se muestra como la luz que no conoce ocaso, como luz que brilla en las tinieblas del corazón abatido y que ilumina aún más el de aquellos que viven con fe el Evangelio de la verdad. El mensaje de este domingo nos abre las puertas para entender la parábola de los talentos como medios para crecer, como instrumentos necesarios con los que podemos y debemos multiplicar las gracias que recibimos de parte de Dios. El pecado, la falta de fe, el alejamiento de Dios, de su amor y de su misericordia, el desprecio y la injusticia que sufren muchos hermanos nuestros, son parte de esos talentos enterrados que por negligencia y falta de confianza en el que todo lo puede, se hacen evidentes ante la mirada de todos. ¿Nos sentimos bendecidos por Dios? ¿Cuál es nuestra actitud ante aquellos que entierran los talentos? ¿Estamos dispuestos a valorar a todas las personas, sin distinción ni exclusión, siendo luz que brilla en la oscuridad?

María, bendecida por Dios
Llena de gracia y bendecida por Dios, colmada de talentos y guía para hacerlos crecer, tenemos el ejemplo de una gran mujer, María nuestra Madre. En ella y junto a ella debemos caminar hacia el crecimiento de los que son los talentos de luz y que hacen del hombre fiel discípulo del maestro del amor. Así sea…

P. José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com

viernes, 7 de noviembre de 2008

Domingo 9 de noviembre, Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán

Dedicación de la Basílica de Letrán
La casa de Dios es nuestra casa
“¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo son ustedes.”

I° lectura: Ez 47:1-2, 8-9, 12; Salmo: 46; II° lectura: ICor 3:9-11, 16-17; Evangelio: Juan 2:13-22

Si entendiéramos el significado de lo que es el Templo para nosotros los cristianos, nuestra actitud sería totalmente diferente ante el insondable amor que Dios manifiesta para con todos y cada uno de nosotros. San Juan de Letrán es el primer gran templo cristiano construido en Roma después de las persecuciones, en el siglo IV; es llamada la Catedral del Papa como obispo de Roma. Este domingo, día en el cual se celebra esta fiesta, se nos ofrece la posibilidad de darle el lugar que tiene en nuestras vidas el Templo y el que tiene él en nosotros. Al entrar en el Templo, Jesús deja en evidencia la necesidad del mismo y el verdadero uso que se debe hacer de él.

El templo: casa de oración…
Celebrando la dedicación de la Basílica de Letrán, encontramos un camino que todo cristiano debe seguir, todo esto junto a la actitud de Jesús quien encuentra que el Templo había sido convertido en un lugar de comercio, en una cueva de ladrones. Mucha gente critica de manera malintencionada a la Iglesia, degradando con las palabras lo que tal vez nunca han vivido con el corazón. Jesús entra al Templo y ve con tristeza, cómo habían convertido el lugar de la oración en un mercado, dejando de lado el verdadero significado de él. El maestro nos enseña que el Templo ante todo, es la casa de Dios, es el lugar donde cada uno de nosotros, cualquiera sea nuestra condición, ya que somos templos vivos del Espíritu Santo. Junto a esto se nos pide vivir de acuerdo a nuestro rol de cristianos y discípulos de Jesús. Los detalles de amor a Dios se manifiestan en nuestra actitud en el Templo, en el modo de vestir, de comportarnos, de vivir la fraternidad con los demás, de cómo es nuestra participación en la Eucaristía y demás sacramentos. ¿Somos colaboradores en nuestras parroquias? ¿Estamos participando de las actividades y celebraciones propuestas? ¿Respetamos y cuidamos nuestros Templos y nuestras vidas?

María, templo del amor de Dios
María Santísima, nuestra madre, nos enseña a vivir como sagrarios. Cada vez que recibimos la Eucaristía, la acción de gracias debe ser dirigida a Dios con gozo y alegría, por permitirnos que Jesús esté en nuestra vida. Acerquémonos a Jesús presente en la Eucaristía y seamos fieles discípulos que viven con respeto, dignidad y convicción el amor hacia el lugar sagrado donde vive Dios…Así sea.
Siamo tutti Tempi dello Spirito Santo giacchè siamo nelle mani di Dio. Ogni volta che andiamo al Tempio, diventiamo protagonisti della vita di Dio, insieme a Lui e discepoli veri, testimoni del Vangelo della verità. Da lì, dalla casa di Dio, siamo chiamati a proclamare con tutta la nostra vita il rispetto, la dignità e l'atteggiamento che dobbiamo avere verso Dio e la sua casa. Con Maria, nostra madre, camminiamo verso l'amore che lo stesso Dio ci da. Così sia.

P. José Lucio León Duque

martes, 4 de noviembre de 2008

ASAMBLEA DE ORACION

Este JUEVES 6 DE NOVIEMBRE DE 2008 en el Templo Parroquial San Miguel Arcángel del Barrio El Río de San Cristóbal, nos encontraremos para orar, para meditar la Palabra de Dios, para adorar a Jesús presente en la Eucaristía.
Te esperamos con alegría y entusiasmo... Dios te bendiga...
JUCREY y p. José Lucio

sábado, 1 de noviembre de 2008

2 de Noviembre de 2008, los Fieles Difuntos

Estamos en las manos de Dios
“Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos”.

Junto con la Solemnidad de Todos los Santos, encontramos la Conmemoración de los Fieles Difuntos y ello es un itinerario que nos enseña algunos aspectos que el cristiano debe tener en cuenta. En medio de la alegría que proporciona el hecho y la realidad de ser santos, bienaventurados, dichosos, se encuentra la esperanza en medio del dolor. Cuantas personas visitan los cementerios; cuántos elogios, flores, homenajes, etc, a quienes ya no están físicamente entre nosotros, pero que se mantienen en el recuerdo de sus familiares y amigos.

“El que no ama permanece en la muerte”
Uno de los puntos principales es el camino del amor. La liturgia de la Palabra que se nos presenta hoy deja entrever algunos aspectos fundamentales. En primer lugar, los justos están en las manos de Dios y no serán alcanzados por ningún tormento. Esto nos indica la infinita misericordia que el Padre Eterno tiene y cómo es su deseo, el hecho de estar en Él. En segundo lugar tenemos la esperanza de ver la bondad del Señor, de estar junto a Él y participar de Él para obtener la salvación. En tercer lugar, debemos luchar con ahínco, con dedicación, con compromiso, para así encontrar un equilibrio en el juicio que Dios nos hará. Hacer algo por los demás será tomado en cuenta para nuestra calificación final. No nos asombremos de la decisión que nos comuniquen, no nos sintamos mal ni seamos indiferentes ante lo que nos diga Dios. Fijémonos en algo, la salvación nos viene gracias a las buenas obras que junto a la fe, todos y cada uno de nosotros realicemos a lo largo de nuestra vida. ¿Cuándo hemos visto a Dios en los demás? ¿Cuándo nos hemos colocado al nivel de tantos hermanos nuestros para ver en ellos a Dios? ¿Cuándo nos hemos colocado en la situación de tantos hermanos nuestros, los cuales han necesitado y necesitan de una ayuda, de una colaboración, de un consejo…? Si alejamos a Dios de la vida cotidiana y no lo acercamos a la vida con nuestro prójimo, estamos separándonos de la recompensa que nos tiene preparada el Señor y por tanto, la muerte, nuestra muerte, no será ya un encuentro pleno con Dios, sino un desvío de nuestra alma a la oscuridad eterna. Recordemos siempre que “conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos”.

María, nos guía hacia la salvación
En la vía que nos conduce a Jesús y por ende, a la salvación, encontramos la presencia de nuestra madre del cielo María Santísima. Ella, sierva del Señor, nos da la posibilidad de caminar con Él hacia la verdadera salvación. Ser discípulos fieles nos da la confianza para hacer bien las cosas y dar así testimonio de vida, de esta manera seremos parte de los bienaventurados, habiendo pasado, cuando Dios lo quiera, por el dolor de la muerte que en definitiva, es camino hacia la felicidad, la vida eterna. Así sea.

"En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. (Beata Teresa de Calcuta)
Davanti al mistero della morte, Dio ci mostra con un amore così grande, la possibilità di essere salvati secondo le opere e le buone cose che facciamo ogni giorno. La Beata Teresa di Calcuta ci ricorda una cosa assai importante: "Nel momento della morte, non saremo giudicati per il lavoro che abbiamo fatto, ma per la quantità d'amore che abbiamo messo nel nostro lavoro". In questo giorno, in cui ci si ricorda il fatto che dobbiamo vivere bene, secondo la volontà di Dio per raggiungere la salvezza, siamo altretanto inivitati a pregare per i morti. Chiediamo col cuore a Maria Santissima, nostra madre. Essa ci guida, ci accompagna, ci protegge, ci fa camminare per le vie dell'amore, della pace e del Vangelo della verità. Così sia.

P. José Lucio León Duque

miércoles, 29 de octubre de 2008

1 de Noviembre, Solemnidad de Todos los Santos

A ejemplo de Jesús
Alégrense y regocíjense, porque grande será su recompensa en el cielo”

I° lectura: Ap 7, 2-4.9-14; Salmo: 23; II° lectura: IJn 3, 1-3; Evangelio: Mt 5, 1-12
Hace algún tiempo, leía lo siguiente: “…los santos, para dicha nuestra y de ellos mismos, fueron hombres -y mujeres- de carne y hueso como nosotros” (Felice Accrocca, tomado y traducido de su libro “Tommaso da Cori, Amico di Dio e degli uomini”). Leyendo esto y reflexionando sobre lo que la liturgia de la Palabra nos presenta en este día, podemos tener la certeza que Dios nos llama a caminar, ya desde ahora, en las vías de la santidad. La multitud de los santos, presente en las lecturas y manifestada en la Iglesia, nos da a entender que debemos ver más allá de lo que comúnmente tenemos frente a nosotros. Debemos sentir la certeza que el camino escogido no es el equivocado y que el amor que Dios nos ha tenido y por el que somos sus hijos, nos permitirá alcanzar el premio que está preparado para los bienaventurados.

Jesús nos enseña el camino
Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los sufridos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz…todos serán llamados hijos de Dios (Evangelio). Esta certeza es el camino de esperanza que Dios nos da para que seamos testigos de su palabra y la hagamos vida en la cotidianeidad. Santos somos los miembros de la Iglesia, santos son todos los que han seguido y siguen el ejemplo de Jesús, santos son los que oficialmente son reconocidos por la Iglesia y aquellos, que aún no siendo reconocidos públicamente, han sido testigos del amor de Dios en medio del mundo. Sentir que la santidad es un peso es no darnos cuenta que esa es la razón de vivir del cristiano. El maestro llama bienaventurados a aquellos que forman parte del corazón de Dios; a los que viven sin pensar en ambigüedades; a los que sin serlo, se sienten excluidos por los que, no siéndolo, se sienten dueños de las conciencias. El Evangelio nos promete una recompensa y ella se da, solo en la medida que seamos conscientes y responsables del cumplimiento de nuestros deberes como cristianos. ¿Quiénes son los santos? No dejemos nunca de preguntárnoslo, no pasemos de largo ante la propuesta de llegar a serlo y cada día esforcémonos por vivir los preceptos del Evangelio con obras de caridad, poniendo por obra lo que creemos gracias a la fe.

María Santísima, Reina de Todos los Santos…
En las letanías damos a Nuestra Madre de cielo un calificativo muy significativo. La Madre de Dios es la Reina de Todos los Santos, es quien nos da ejemplo de humildad para poder dar fe que es posible llegar a ser bienaventurados ya que “todo el que tenga puesta en Dios esta esperanza, se purifica a sí mismo para ser tan puro como Él”… Así sea.

“No podemos decir al mismo tiempo quiero y no quiero: quiero ser santo y no quiero serlo. Deberíamos preguntarnos porque no somos santos gozando de la presencia y bendición de Cristo en el tabernáculo y de la posibilidad de recibir su cuerpo y su sangre en la comunión”. (Beata Teresa de Calcuta)
I santi sono uomini e donne chiamati a seguire le orme di Gesù. Essi "per nostra e loro fortuna, sono stati uomini -e donne- in carne ed ossa, come noi" (Felice Accrocca, presso dal suo libro “Tommaso da Cori, Amico di Dio e degli uomini”). Siamo chiamati ad essere beati, a partecipare dell'amore di Dio e così poter dare agli altri la possibilità di essere membra vive della Chiesa, che hanno in sè il desiderio di dare un senso vero al cristianesimo, e in questo modo, trasmettere al mondo ciò che significa il Vangelo della verità. Essere santi significa seguire le orme di Cristo, essere santi significa dare un senso alla vita, essere santi è una chiamata a vivere secondo la volontà di Dio. Invitiamo tutti seguire le parole del Signore Gesù, chi ci da la vita e l'esempio per raggiungere la santità da ora, da questo momento...Maria, Nostra Madre Santissima, ci copra con il suo amore e ci guidi per le vie della santità...così sia.
P. José Lucio León Duque

martes, 28 de octubre de 2008

El diablo anda suelto...

Atención: el diablo anda por ahí suelto...

No con sorpresa pero sí con cierta preocupación, veo la presencia tan evidente del Diablo en medio de la sociedad. Con cuanta facilidad y velada ingenuidad, nuestras familias, nuestros niños y jóvenes, se dejan influenciar por tradiciones tan absurdas, tan llenas de ignorancia y llenas de supuestas alegrías, entre las que se encuentra la mal llamada Fiesta de Halloween. Ojalá las familias supiesen el significado que esa mal llamada fiesta comporta; ojalá nuestros jóvenes y niños abriesen los ojos ante la desfachatez que presentan aquellos que, con supuestas alegrías, promueven de manera tan sutil y tan astuta, el tranquilo desenvolvimiento del demonio en medio de la vida del hombre. Estamos llamados a dar testimonio de vida y de predicar el Evangelio. Ello puede contrarestar el ataque tan desencadenado que el demonio promueve entre las personas. Por ahora les digo: ojo, el diablo anda suelto y debemos caminar en nombre del Señor....

sábado, 25 de octubre de 2008

Domingo 26 de Octubre de 2008

Los pasos de Jesús
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?”

I° lectura: Éx 22, 20-26; Salmo: 17; II° lectura: ITes 1, 5c-10; Evangelio: Mateo 22,34-40

En el itinerario de nuestra vida cristiana, los pasos de Jesús se presentan como el camino del cual no nos debemos desviar. La liturgia hodierna es reflejo del ejemplo que Dios nos muestra, no solo para hoy, sino para toda la vida. Su Santidad, el papa Benedicto XVI, con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones 2008, nos recuerda que “…es, pues, un deber urgente para todos anunciar a Cristo y su mensaje salvífico. "¡Ay de mí -afirmaba san Pablo- si no predicara el Evangelio! (1 Co 9, 16).”. Es una llamada que se nos hace, para seguir los pasos de Jesús, sus huellas, sus palabras, su vida. Las palabras del maestro, van seguidas de su ejemplo, de su misericordia, de su amor y de la paz de la que nos podemos llenar plenamente. La enseñanza del maestro es veraz y concreta: “Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo”.

Amar es el objetivo del cristiano…
En el camino que nos presenta el maestro del amor, tenemos un detalle importante: Él nos invita a amar a Dios y al prójimo. La primera invitación es total y plena, es un llamado a ver en la mirada de Dios, todo lo que necesita el hombre. Amar a Dios, un mandamiento no una obligación; una llamada, no una imposición; una vía a seguir, no un camino de esclavitud…Cuando el hombre ama a Dios, encuentra en su alma la capacidad de corresponder a aquel que nos ha amado hasta el extremo. En Dios conseguimos la esperanza y confianza ante las dificultades y la fortaleza para poder ayudar al prójimo sin ninguna duda. La invitación de amar al prójimo se basa en la primera, no podemos por nada ni por nadie amar a alguien si ese amor no viene de Dios. En el prójimo, aunque muchas veces nos cueste aceptarlo o vivirlo, está presente la imagen de Dios. Si miramos a nuestro alrededor, la invitación que se nos hace es para aplicarla en la vida cotidiana, sin temor ni con engaños, sino con la palabra que el Evangelio de la verdad nos enseña como discípulos de Jesús que somos. Amar a Dios y al prójimo, nos da la autoridad para enseñarle al mundo, al hombre y a la mujer de hoy, que debemos salir de la oscuridad, de las misteriosas actitudes de quienes usan la religión como escape; de aquellos que, como los fariseos, buscaban en su momento hacer caer a Jesús en algo. Debemos actuar con fortaleza, decisión y convicción. La misión a la que debemos acudir con urgencia y prontitud, está dirigida a los pobres y excluidos, a aquellos que no tienen esperanza, a los que por diversos motivos se sienten abandonados por Dios, a los que viven en dificultad y pierden la esperanza. Si estamos dispuestos a seguir los pasos de Jesús, estaremos dispuestos a vivir el Evangelio con seriedad, no solo de los labios hacia fuera, sino de corazón, como debe ser y como a Dios le agrada. El Santo Padre Benedicto XVI, en la Carta Encíclica, Deus Caristas est, en el número 18 nos dice: “…se ve que es posible el amor al prójimo en el sentido enunciado por la Biblia, por Jesús. Consiste justamente en que, en Dios y con Dios, amo también a la persona que no me agrada o ni siquiera conozco. Esto sólo puede llevarse a cabo a partir del encuentro íntimo con Dios, un encuentro que se ha convertido en comunión de voluntad, llegando a implicar el sentimiento. Entonces aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo”. El amor que nos enseña Jesús es el camino que debemos seguir para lograr la felicidad. No seamos de los que ponemos pruebas a Jesús; no seamos como los hijos de las tinieblas sino como los hijos de la luz. La invitación es clara: vivamos el amor, seamos fieles propagadores de ello para poder dar testimonio del significado de ese amor al prójimo…

Con María Santísima, madre del amor
En el Magnificat, María Santísima nos enseña a proclamar la grandeza de Dios y de su amor. En ella se cumple la Palabra de Dios y a través de ella podemos hacer vida lo que su Hijo nos enseña. Ella, madre del amor, nos muestra el camino a seguir y cómo un verdadero cristiano debe ser testigo del amor de Dios en medio del mundo y de la vida cotidiana.

L’amore è pienezza in Dio. Ci si dice che dobbiamo amare Dio per amare il prossimo. Ogni giorno abbiamo la possibilità di essere veri testimoni della verità e dell’amore manifestati essi nei cuori di tutti. Amare Dio e amare il prossimo è avvicinarsi alle necessità del mondo, ai bisognosi, a quelli che sentono il bisogno di riempire la vita con la Parola del Signore così come dell’aiuto che solo i veri fedeli possono dare. Maria Santísima ci guidi e ci faccia partecipi dell’amore di Dio e del suo Figlio…Dio ci benedica ora e sempre.

P. José Lucio León Duque

viernes, 24 de octubre de 2008

El padre Chucho visitó al Táchira

Una visita muy agradable...

El jueves 23 de octubre de 2008, en la localidad de Ureña, se celebró la Eucaristía la cual fue presidida por el Padre Jesús Orjuela, sacerdote colombiano, quien se unió con gran fraternidad a una causa hermosa: la construcción del Templo Parroquial en honor de la Divina Misericordia y el Dr. José Gregorio Hernández. El párroco, el padre Luis Merchán y el Diácono Darwin Antonio Zambrano, fueron los promotores de esta grata visita de este hermano sacerdote, quien cada día se dedica a evangelizar a través de la televisión. Un gran número de personas de tantos lugares de Colombia y Venezuela asistieron a esta Celebración en la que se pidió al Todopoderoso paz, armonía y hermandad. A la misma asistieron sacerdotes desde varios sitios, los cuales concelebraron junto a todos los que participaban del gran misterio Eucarístico. En sus palabras, el padre Chucho nos invitó a todos en nombre de Dios a seguir luchando por llevar el Evangelio de la verdad a todos, sin excepción. Su visita fue un momento de unión como Iglesia, como discípulos que buscamos cada día mostrar el amor de Dios con veracidad, sinceridad y sin hipocresía. La Celebración se realizó en un ambiente de fiesta, de armonía y alegría en el Señor, en la que los fieles presentes, oraron junto a los sacerdotes por el bien de Colombia y Venezuela. En el marco de la Celebración, se recordó que en la víspera, se llevó a cabo otra actividad, la cual consistió en una cena con el fin de recoger fondos para la construcción del nuevo Templo Parroquial. Es necesario recalcar la colaboración de empresas, así como de personas de buena voluntad y el aporte del Gobierno Bolivariano, quien otorgó una suma considerable para dicha construcción. Uniéndonos podemos hacer muchas cosas por el pueblo, por ese pueblo que clama justicia y que a su vez desea salir adelante, mirando hacia un porvenir y siguiendo cada día los pasos de Jesús, maestro de unidad y de paz.
Al finalizar la Santa Misa, el padre Chucho exhortó a los jóvenes a seguir de corazón a Cristo e invitó a seguirlo y aceptar su invitación en el camino del sacerdocio.
Gracias Padre Luis y Diácono Darwin y a todos los que hicieron posible la visita de este hermano sacerdote a nuestra tierra. Esperamos poder extender de la mejor manera el Evangelio y seguir construyendo la Iglesia en el corazón de cada hombre y cada mujer...


P. José Lucio León Duque

lunes, 20 de octubre de 2008

JESUS TE ESPERA...

Este JUEVES 23 DE OCTUBRE, A LAS 7.00 de la noche, ASAMBLEA DE ORACION DE LA FRATERNIDAD DE LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESUS Y DE MARIA, en el Templo San Miguel Arcángel del Barrio el Río de San Cristóbal. Te esperamos...



P. José Lucio y hermanos de la Fraternidad de los Sagrados Corazones de Jesús y de María

jueves, 16 de octubre de 2008

Domingo 19 de Octubre de 2008

Ante todo: Dios
“Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de su fe, el esfuerzo de su amor y el aguante de su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.”

I° lectura: Is 45, 1. 4-6; Salmo: 45; II° lectura: I Tes 1, 1-5b; Evangelio: 22, 15-21

Salir al encuentro del Señor, es encontrarse con aquel que viene a traernos paz y armonía a nuestros corazones. Él se da a conocer y se presenta como el camino a seguir, es Dios, no hay otro (I° lectura), ya que Él es digno de nuestra alabanza y adoración (Salmo). Esto nos conduce a vivir con fe, fortaleza y convicción en aquel que nos ayuda y nos guía (II° lectura). Este domingo, en medio de todo lo que se nos regala en la palabra de Dios, podemos reflexionar sobre el rol del cristiano y cómo en su vida debe reinar, en nombre del Altísimo, la justicia y todo lo que ella comporta.

¿Qué estamos dando a Dios?
Se hacía notar la presencia de la justicia en la liturgia de hoy. El Evangelio nos presenta el deseo de algunos por hacer daño a Jesús, querían comprometerlo ante todos y, como decimos en lenguaje popular, hacerlo quedar mal en todos los sentidos. Se le pregunta a Jesús, con una inicial ironía y sarcasmo, si es lícito pagar tributo al Cesar o no. Esta pregunta es un modo para hacer notar la mala intención de algunas personas hacia Jesús. Hoy día, lamentablemente existen situaciones en las cuales desafiamos el amor de Dios y su infinita misericordia. Tildamos a Dios de injusto si nos pasa algo malo o tenemos algún problema, pensamos que si no obtenemos lo que queremos, es porque Dios no quiere o no nos escucha. Nada más lejos de eso porque Dios es justo y recto. El problema existente es la falta de valentía, temores infundados e incoherencia constante. Con esto no se pretende decir que todo está mal, sino que se puede mejorar lo que sea necesario. “Dar a Dios lo que es de Dios”, es entregar nuestra vida a quien nos regala cada día su amor y su paz; es encontrar en el prójimo el espacio para aplicar la justicia; es llevar a cada corazón, a cada hombre y mujer, el Evangelio de la vida y de la justicia; es reconocer en cada persona su dignidad, sus derechos, sus deberes; es luchar con dedicación por cultivar valores en las familias, en las comunidades, en toda la sociedad, en la Iglesia. En la respuesta de Jesús encontramos la justicia que todos y cada uno de nosotros debemos practicar. Muchas veces, por estar cumpliendo al Cesar, olvidamos nuestros deberes con Dios y lo que, como cristianos y discípulos de Jesús, estamos llamados a vivir: ser coherentes y justos. Seamos testigos del Evangelio, entendamos de una vez que es necesario amar a Dios por sobre todo; ante todo está Él y por Él y para Él, es que vivimos, nos movemos y existimos.

Con la bendición de María Santísima
En este mes dedicado a la Virgen del Rosario, dediquemos tiempo a rezar el santo Rosario, a hacer obras de caridad y a reflexionar cada vez más sobre el verdadero sentido de la justicia en nuestra vida y con relación al prójimo. María Santísima, nuestra madre del Rosario, nos guía, nos acompaña y nos bendice, acerquémonos cada vez más a ella, a la Iglesia, a los Sacramentos y demos a Dios lo que es de Dios. Así sea.
Dare al Cesare ciò che è del Cesare, vuol dire dare a ognuno ciò che li corrisponde. Forse non diamo con pienezza agli altri ciò che dobbiamo, nemmeno lo facciamo con Dio...magari sarebbe giusto essere più fedeli e veri discepoli di Gesù, essendo testimoni del Vangelo della verità, dell'amore, della pace...Siamo portatori della parola di Dio, del suo amore, della sua pace...Maria Santissima ci aiuti a dare sempre a Dio la nostra vita, il nostro cuore...così sia...
P. José Lucio León Duque

sábado, 11 de octubre de 2008

Domingo 12 de octubre de 2008

Saciados por Dios
“El Señor es mi pastor, nada me falta, en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas…”


I° lectura: Is 25, 6-10; Salmo: 22; II° lectura: Fil 4, 12-14. 19-20; Evangelio: Mt 22, 1-14

Permanecer en la corazón de quien desea que estemos bien, es una de las cosas que debemos tener siempre en cuenta. El Señor nos invita nuevamente a una comida, a participar de su amor y su misericordia, en los cuales todos tenemos un lugar, no hay exclusión por parte de Dios, hay pereza y lentitud por parte del hombre. Dios prepara su banquete para que todos y cada uno de nosotros se salve, se sienta bien y participe de su vida (I° lectura); ya que Él es el pastor en quien confiamos y que nos guía por senderos justos (Salmo). Así mismo, Dios remedia nuestras necesidades por medio de Jesús (II° lectura), por su infinita misericordia.

Todos estamos invitados…
Jesús sigue hablándonos en parábolas y nos explica lo que es el Reino de los cielos. Él nos lo presenta como un banquete de bodas que prepara un rey para su hijo, y a él invita a un grupo de personas. Cuando se nos invita cada domingo al banquete de la Eucaristía, tenemos el deber de reflexionar sobre el hecho de cómo debe ser nuestra participación a la comida espiritual que se nos da. Hay algunos aspectos que podemos meditar en este domingo. Ante todo, hay una invitación que se hace y se manifiesta como un momento especial para los invitados que son tomados en cuenta. Es, en segundo lugar, una invitación para todos, pero que en ocasiones se rechaza buscando pretextos para no participar. En tercer lugar, quien finalmente acepta, debe estar en condiciones para estar en el banquete, debe vestirse con lo mejor que tiene. Esto se traduce en lo que debemos tener en cuenta para ser buenos cristianos. Estamos invitados por Dios a participar siempre de su amor, de su misericordia, de su vida. La oración, los ejercicios de piedad, la participación en la Eucaristía y nuestra convicción de fieles discípulos, nos llevan a ser aceptados en el gran banquete que nos ofrece el Señor. La misión de ser cristianos y discípulos de Jesús es garantía de una buena participación en la Iglesia, de una verdadera evangelización a todos los hombres y mujeres de buena voluntad y del reflejo en cada persona del significado de la fraternidad. Asistamos al banquete, ¡allí nos esperan!

María Santísima nos acompaña en el banquete
La Virgen Santísima, nuestra madre del Rosario, nos enseña a participar del banquete del amor y de la paz que Dios nos ofrece. Con la humildad, la piedad y el amor a Dios, podremos sentirnos participes de la misión en la que todos podemos y debemos participar. Acerquémonos a Dios, a nuestra comunidad parroquial, a los grupos de apostolado. Formemos parte activa de la Iglesia que nos llama a ser misioneros de la Palabra de Dios y discípulos fieles de esa Palabra que es vida y verdad. Así sea.
Rivolgiamo in questo giorno, una parola a tutti quelli che non vogliono partecipare dell'Eucarestia, della Parola di Dio, dell'amore di Gesù. Ogni gionro è una nuova oportunità che ci si da per sentirci vicini all'invito che ci fanno. Stiamo attenti di non rifiutarlo e di andare ad esso con il miglior dei vestiti: l'amore, la pace, la fraternità; solo così potremo dire che siamo veramente discepoli di Gesù. Maria Santissima del Rosario ci accompagni sempre. Così sia.

P. José Lucio León Duque

jueves, 2 de octubre de 2008

Domingo 5 de octubre de 2008

Trabajar en la viña: pero de verdad…
“Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta.”

I° lectura: Is 5, 1-7; Salmo: 79; II° lectura: Fil 4, 6-9; Evangelio: Mt 21, 33-43

La viña del Señor es el campo donde todos y cada uno de nosotros debe trabajar y servir. Frase célebre la de Su Santidad Benedicto XVI el día de su elección: “soy un humilde trabajador en la viña del Señor”, -Benedicto XVI, 19 de abril de 2005-. Al respecto, la liturgia de la Palabra de cada domingo y de este en especial, nos presenta la viña como escenario del trabajo en el que se pueden incluir personajes buenos y malos. Quienes deseen trabajar en la viña en los campos del Señor, deben ser justos y rectos, lamentablemente en muchas ocasiones, se presentan personas que no quieren cultivar paz y armonía, sino que proporcionan destrucción y división.

“Este es el heredero…”
El Evangelio narra el episodio de unos trabajadores con malas intenciones, los cuales no respetaron al dueño de la viña, ni a los mensajeros, ni al hijo y prefirieron la muerte y la destrucción al progreso y al desarrollo. Para trabajar en la viña, se nos proponen elementos esenciales para no caer en la destrucción del trabajo que se debe realizar. Un primer elemento es el servicio. Servir es sinónimo, en este caso, de entrega al trabajo encomendado y de allí debemos partir para hacer las cosas bien. Un segundo elemento es la docilidad, que no significa ser esclavo, sino tener disponibilidad y humildad al momento de realizar el servicio. Un tercer elemento es el deseo de construir y, al respecto, Jesús nos propone en el Evangelio que debemos construir en nombre de Dios, del único maestro y de quien viene la salvación. La paz y la justicia se hacen presentes nuevamente en la liturgia de la palabra y a esos dos pilares nosotros debemos acercarnos. Llevar el evangelio a todas partes es nuestro servicio, ser disponibles en anunciarlo y vivirlo es nuestra tarea y mantener lo que hacemos en el nombre de Dios, es signo de construcción en medio de un mundo lleno de dificultades y vicisitudes. Cada vez que nos comportamos como verdaderos discípulos estamos siendo partícipes de la vida en Cristo, el heredero que nos envía Dios para que nosotros seamos fieles servidores. Mirando el comportamiento de los obreros de la viña, nos damos cuenta que nuestra misión tiene un matiz profundo de responsabilidad, la cual se manifiesta en la fe que profesamos, en la oración que elevemos constantemente a Dios y en las obras de bien que realizamos, confiando plenamente y dando testimonio como discípulos de Jesucristo, servidores, disponibles y fieles.

María Santísima, sierva humilde del Señor
Cada vez que vayamos a emprender una misión, encomendémonos a María nuestra Madre. Ella nos enseña a ser humildes y sencillos en medio de la misión de extender la Palabra de Dios a todas partes y a todas las personas. Encaminémonos de verdad en el servicio y en la misión que nuestra diócesis emprende, y demos nuestro aporte para que todos los hombres y mujeres, sientan en su corazón el deseo de seguir el amor, la paz y la justicia que nos ofrece y nos da el Señor. Así sea. Recordemos que donde se reza el rosario no falta lo necesario, honremos a nuestra Madre del cielo cada día con esta práctica de piedad.

Una parola in questa domenica per quelli che leggono il nostro blog. Gli operai della vigna siamo noi: operai i quali siamo chiamati ad essere responsabili in mezzo ai lavori quotidiani. Il Signore ci chiama ad essere fedele, veri discepoli e sinceri servitori del Vangelo della veritá. Ogni volta che guardiamo l'atteggiamento degli operai del Vangelo, ci rendiamo conto della responsabilita che abbiamo, ed essa si manifesta nella fede, nella preghiera e nelle buone opere che facciamo ai nostri fratelli, essendo testimoni di Gesú, fedeli servitori, disponibili e operai giusti... María Santissima, nostra Madre, ci accompagna sempre, ci insegna la strada per essere umili e semplici. Cosi sia.

P. José Lucio León Duque

viernes, 26 de septiembre de 2008

Domingo 28 de septiembre de 2008

Vivir como Jesús…
“No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y consideren siempre superiores a los demás. No se encierren en sus intereses, sino busquen todos el interés de los demás. Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús.”.

I° lectura: Ez 18, 25-28; Sal: 24, 4bc-5. 6-7. 8-9; I° lectura: Fil 2, 1-11; Evangelio: Mt 21, 28-32

La situación actual que vive la humanidad en la cual se sumergen los sentimientos y experiencias del hombre, nos sirve para entender la liturgia de este domingo. El itinerario que nos lleva a Dios es su palabra, su vida, su acción entre nosotros, su presencia constante en nuestros corazones, su infinita misericordia. Las lecturas de esta jornada nos presentan el modo cómo debemos actuar, vivir y ser discípulos del Señor.

Una respuesta a la voz de Dios
La vía que nos conduce a Dios se manifiesta en lo cotidiano, en la praxis de la vida, en lo que realmente se refiere a lo propio del cristiano. El evangelio de hoy nos da unas pautas importantes y fundamentales que nos llevan a entender la misión a la que se nos llama. Se nos muestra ante todo la importancia de escuchar la voz de Dios que nos invita a trabajar por Él y quien espera a su vez, una respuesta positiva por parte de sus hijos. En un segundo momento se nos presenta la actitud de arrepentimiento que debemos tener cuando no cumplimos con la propia obligación, dejándonos llevar por la falta de responsabilidad, que no nos lleva a cumplir la voluntad de Dios. Todo esto nos encamina a un tercer punto: entender que nuestra misión de cristianos va dirigida a todos sin exclusión. La respuesta de los dos hijos del Evangelio puede ser la nuestra: decimos si o decimos no, hacemos las cosas o no las hacemos, ¿hacia dónde se dirige nuestra vida? Es necesario descubrir el sentido verdadero de la fraternidad, reflejada totalmente en la vida cotidiana y en el amor al prójimo. Jesús es tajante ante la actitud de quienes viven de la apariencia: “les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del reino de Dios”; esto es, no un llamado de atención, sino una afirmación ante ciertos cristianos que no llevan el Evangelio de Jesús a todas partes sino que esperan que, de todas partes, lleguen las personas. Nuestra misión es más que una apariencia, más que un si o un no, más que una vida compleja a causa de los obstáculos que nosotros mismos colocamos. La misión es penetrar el corazón del hombre de hoy, llenar las lagunas que existen, enseñar y proclamar la palabra de Dios, atrayendo a todos hacia Él. Es por ello que debemos vivir como Jesús, el hombre nuevo, el que no hace alarde de su categoría divina, el que es justo y misericordioso…siguiendo su ejemplo, teniendo sus mismos sentimientos, quitaremos de raíz el odio, el egoísmo, la mentira, la calumnia, el pecado, y podremos luchar por una Iglesia y una sociedad justa en la que exista unidad y solidaridad en el nombre de Dios.

Fieles al amor de María
Nuestra Madre del Cielo nos guía, nos acompaña y nos lleva de la mano. Ella es fiel y nos enseña a serlo también nosotros. Sigamos su ejemplo y dejémonos inundar del amor infinito y misericordioso de Dios que, como nos dice el Salmo de hoy, “es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes”…Así sea.
P. José Lucio León Duque

IIIº Domingo de Cuaresma, 7 de marzo de 2021

LA CASA DE DIOS ES NUESTRA CASA “Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.”...