Jesús: el camino a seguir
“¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir
a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios…”
Iª lectura: Jos 24, 1-2a.15-17.18b; Salmo: 33; IIª lectura: Ef 5, 21-32; Evangelio: Jn 6, 60- 69
La vida del cristiano se encuentra en diversas
ocasiones ante la misma interrogante que Pedro se coloca: “¿A quién iremos?”.
Es una cuestión de entrega y de necesidad ante la presencia de Jesús, la cual
es plenitud y vida en medio de las vicisitudes que se presentan cotidianamente.
La meta es Jesús…
Jesús es el Santo de Dios, el Mesías, el Redentor, el Salvador del
Hombre. Siendo el Santo de Dios, no existen en Él palabras falsas, sino Verdad,
la Verdad que es el fundamento de su Palabra cuando anuncia el Evangelio e invita
a la conversión. Jesús no promete nada que no se realice, Él es la Verdad
presente en la vida del hombre, de todos y cada uno de nosotros. Esta es la
Verdad que confiesa Pedro y en la que confía cuando ve y confirma en Jesús su
bondad, su amor y su misericordia. El camino que debemos seguir es una vía en
la cual podemos escoger si profundizar en el amor de Dios o quedarse en la
teoría. “¿A quién iremos?”: a Jesús presente en la Eucaristía, presente en la
vida cotidiana, en el pobre y excluido, en quien tiene problemas, en quien
necesita del apoyo en momentos de dificultad, en cada obra que viene de Dios y
en Él tiene su fundamento. Solo en Dios tenemos
luz y fortaleza, El nos regala su presencia permanente en la Eucaristía,
mostrándose y siendo el camino que debemos seguir sin dudar de ello.
El Beato
Juan Pablo II nos dice: “La meta y el término de nuestra vida es él, Cristo,
que nos espera, a cada uno y a todos juntos, para guiarnos más allá de los
confines del tiempo en el abrazo eterno del Dios que nos ama. Pero si la
eternidad es nuestro horizonte de hombres hambrientos de verdad y sedientos de
felicidad, la historia es el escenario
de nuestro compromiso diario. La fe nos enseña que el destino del hombre
está inscrito en el corazón y en la mente de Dios, que gobierna los hilos de la
historia. Y nos enseña asimismo que el Padre pone en nuestras manos la tarea de
comenzar ya desde aquí la construcción del reino de los cielos que el Hijo vino a anunciar y que llegará a
su plenitud al final de los tiempos.” (Ciudad
del Vaticano, 26 de noviembre de 1995)
María, presente con su Hijo
La Virgen María nos acompaña en el camino que
debemos recorrer. Dejémonos guiar por Ella y nuestra respuesta a la pregunta de
Pedro será decidida y firme: Jesús es el camino a seguir, la verdad en la cual
creer y la vida que nos llena en plenitud. Así sea.
P. José Lucio León
Duque
joselucio70@gmail.com
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