“ESTE ES EL CORDERO DE
DIOS…”
“Ahora habla el Señor, el que me formó desde el
seno materno, para que fuera su servidor…”
Iº lectura: Is 49, 3. 5-6; Salmo: 39; IIº
lectura: 1Cor 1,1-3; Evangelio: Jn 1 29- 34
Siguiendo detenidamente
las enseñanzas que nos brinda la liturgia de la Palabra de cada domingo,
encontramos lo que ella nos regala para poder cultivar aún más el sentido pleno
del testimonio que debemos experimentar, sentir y vivir. El Señor se
enorgullece de quien cumple su voluntad, de sus hijos y quien es siervo
reconoce la acción de Dios en él (Iº lectura) tal como los
evangelios lo revelan de Jesús, el Cordero de Dios (evangelio). San
Pablo nos enseña en esta oportunidad la fraternidad que es luz, paz y buenos deseos
para quienes son bendecidos por Dios y escogidos para su misión (IIº lectura).
CON LA LUZ
CAMINAMOS HACIA DIOS
La vida
actual nos presenta una serie de “ofertas” sobré cómo vivir, qué cosas
experimentar y hasta cómo influir en los demás. Si dejamos que la luz que Dios
nos da se apague en nuestros corazones, seremos propagadores del miedo, del
terror, de la inseguridad. Dejar apagar la luz de Dios significa que poco a
poco nos hemos alejado de Él y, por consiguiente, no estamos unidos a Él. San
Juan Bautista nos muestra el modelo que debemos seguir y a quien debemos
escuchar: Jesús, el cordero de Dios, la luz del mundo, el Hijo de Dios.
Actualmente
es necesario retomar el camino que nos lleve a la unidad, a la paz, a la
igualdad. La doctrina social de la Iglesia nos enseña que “la libertad
humana consiste en la elección del Bien: actuar de tal modo que alcancemos a
Dios, en quien está nuestra felicidad” (Catecismo social). En este
sentido, estamos llamados a mirar en Jesús el amor que nos da para que
libremente lo llevemos a todos y cada uno de nuestros hermanos y hermanas, con
el fin de mostrarles como San Juan Bautista al cordero de Dios, al que quita el
pecado del mundo, al que desde la eternidad ilumina el camino del hombre.
Elegir el
Bien con libertad es responder al llamado que Dios hace al hombre de hoy,
teniendo en cuenta que su voz es la que desde el cielo nos invita a ver en
Jesús al hijo predilecto y en la tierra, como Juan Bautista nos lo muestra, a
reconocerlo e indicar a los demás que Él es la salvación.
MARÍA NOS
GUÍA HACIA LA LUZ
“A Jesús por
María”, esta es la certeza de caminar con la fe puesta en
Dios. María, madre nuestra, nos lleva a Jesús, luz del mundo, y nos enseña que
la paz, la justicia y la igualdad, entre otras cosas, se consiguen si estamos
unidos a ellos. Así sea.
José Lucio León Duque
joselucio70@gmail.com
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